"La cara de Carlos es la mejor sensación, te sonríe y se te olvidan todos los kilómetros, él te anima a seguir". El zamorano Manuel Domínguez resume así la experiencia de acompañar en su cuarto maratón de Madrid a su amigo Carlos García Espada, quien desde hace ocho años sufre esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que no le ha impedido continuar con una de sus pasiones, el deporte. Con 40 años recién cumplidos -su cumpleaños es hoy- puede sumar a sus medallas como experto en artes marciales y excelente atleta la de su sexta carrera de larga distancia, ya que a las cuatro de Madrid se suman las pruebas superadas en Sevilla y Valencia.

En 2012 comenzó esta aventura deportiva, creando el equipo Team Espada, a petición del propio Carlos. El zamorano es miembro desde sus inicios, ya que junto a Pedro de San Antonio se encarga en cada prueba, por turnos, de empujar y dar velocidad a la silla de ruedas, que ha ido adaptándose a las carreras para hacerla más ligera y manejable. El lema del equipo, "Con un par", resume a la perfección el espíritu del grupo.

El de este año ha sido quizá uno de los maratones más complicados, sobre todo por el tiempo, ya que la lluvia acompañó a los corredores durante casi todo el recorrido. Si esta situación es un inconveniente para cualquier participante, con Carlos las complicaciones se multiplican por su situación particular. Aunque él mismo ha diseñado una protección especial para que ni el viento ni el agua entren en el tubo de la traqueotomía, se necesitan varias paradas técnicas para ajustar la sujeción o conectarle el respirador. Y esta vez todo bajo la lluvia.

Dificultades que se olvidan primero por el fuerte vínculo de amistad que une a todo el equipo y después "por la gente que está animando durante toda la carrera", reconoce Domínguez. También los propios corredores alientan al equipo a su paso. "Como salimos los últimos, por comodidad, terminamos superando a casi tres mil personas durante la carrera en los primeros kilómetros. Al principio no saben cómo reaccionar, pero luego terminan sonriendo y aplaudiéndonos. Todo un subidón", agradece.

En este sexto maratón del Team Espada se ha unido otro zamorano, Daniel Valcárcel, quien valora tras la experiencia que "lo más motivador" ha sido "ver que gente como Carlos, a pesar de sus dificultades, logra cumplir sus retos". Él compartió los primeros kilómetros con un grupo de doce personas que salió de la plaza de Cibeles y completó los 42 kilómetros de la prueba con las seis personas que cruzaron meta, totalmente empapadas, con Carlos y su sonrisa de satisfacción por otro desafío completado. "Es un auténtico ejemplo de superación para todos", aplaude el zamorano.