La imputación de El Nani y Kafú en el crimen de Ricobayo pivotó sobre las declaraciones de cuatro testigos esenciales para la investigación, detenidos en diferentes días, interrogados por separado y que ofrecieron versiones muy similares sobre las circunstancias que rodearon las horas más próximas a la desaparición y muerte del vecino de Las Llamas, Jesús H.M., de 53 años, la madrugada del 13 de septiembre de 2012, golpeado brutalmente y asfixiado al pie del pantano, según la Fiscalía.

El primero en ser arrestado, un día después del suceso, fue Indalecio, dueño del vehículo en el que se transportó el cuerpo del asesinado. En el turismo se hallaron restos de sangre, tierra y pelo de la víctima, se indicó ayer en el juicio con jurado de la Audiencia Provincial, cuya procedencia se aclarará en la sesión de hoy.

Indalecio dijo en varias ocasiones, según el guardia civil instructor de la causa, que "me han engañado El Nani", de iniciales R.L.S., de 22 años; "y el otro", por Kafú, R.R.S. de 31 años, para quienes se exigen 50 años de prisión. Una afirmación que se explica porque "hacia las 1.00 horas" del día 13 los dos acusados "le piden las llaves del coche en el fumadero" de Las Llamas y se las entrega, declaró quien también es "recadero" de los gitanos asentados en el barrio de Las Llamas, según admitió en su declaración del miércoles ante el jurado.

Este testigo dio las primeras pistas sobre quién estaba implicado y, asistido por un abogado, subrayó el guardia civil, confesó que esa noche en Las Llamas estaban en el fumadero junto a él, su amigo, apodado "Garabito"; los dos procesados, "Josefa", la testigo protegida, toxicómana y prostituta; "Jesús, su hermano Bernardo; Rubén, otro drogadicto; y dos hombres.

La segunda arrestada presta declaración en la Guardia Civil "antes que Indalecio", pero ambas versiones "coinciden, aunque no se habían visto", reiteró el guardia, que negó amenazas, presiones o entrega de drogas a la mujer para conseguir tal confesión, como ella misma denunció en el juicio.

Esta testigo fue quien puso definitivamente a la policía sobre la pista de los dos acusados, cuando ya los rumores les apuntaban como autores del crimen. Al ser localizada en Las Llamas se echa a llorar y "nos dice que está muy asustada y que tenía muchísimo miedo", apuntó el instructor. Ya como testigo protegida, va relatando cómo ella sale del fumadero porque uno de los hombres comienza a desnudarse. El Nani la aborda y le dice que entre y le diga a Jesús que salga, orden que obedeció: "te llama El Nani, sal". Después "vio cómo iban en el coche de Indalecio" y "supo situar a cada uno en el lugar exacto que ocupaba", precisó otro guardia civil, el secretario de la instrucción. La mujer explica que entre las 3.00 y las 3.30 horas, El Nani, su mujer y Kafú "queman ropa en la chimenea del fumadero", donde los agentes encontraron los restos de prendas y corchetes.

El otro testigo, citado para declarar en el juicio y aún ilocalizado, Rubén, mencionó a los guardias la presencia de los dos procesados "en el fumadero a la una de la madrugada" y que "Jesús guardaba la droga en su casa a toda la familia de El Nani". Relató cómo, "tras recibir una llamada" de una de las familiares del imputado para recriminarle que hubiera hablado con la Guardia Civil antes que con ellos, dejó de hablar. Y amenazarle, "cuidado con lo que dices ahí", afirmó el instructor que le habían advertido a Rubén.

El instructor fue sometido a un duro interrogatorio de la defensa de El Nani, lo que provocó la más dura de las intervenciones de la magistrada que dirige la vista oral, Esther González González, para reconvenirle: "letrado, ¿verdad que no le gustaría a usted que la policía le acusara de dar drogas a un testigo para que favorezca a su cliente?". Una de las abogadas de la familia del finado solicitó abrir diligencias por falso testimonio contra la testigo protegido, contra otra más y contra Garabito por desdecirse de lo declarado en la Guardia Civil y el Juzgado.