Diez reportajes que hablan del gasto sin sentido realizado en España durante el "boom" inmobiliario -desde los doce millones invertidos en una pista de esquí en el secarral vallisoletano de Villavieja a los setenta y cuatro millones que se pagaron por un puente que apenas se usa en Talavera de la Reina- han servido, además de para que España conozca en qué se ha invertido gran parte de sus impuestos, para que el zamorano Pedro Simón se alce con el premio Ortega y Gasset, el galardón más prestigioso del periodismo español.

"Trabajando como periodista en el diario El Mundo, ganar un premio otorgado por el País le da aún más valor y me hace sentir aún más orgulloso", reconoce el zamorano, que dio sus primeros pasos en el mundo del periodismo en LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA allá por los años noventa. Simón se suma así a Begoña Galache e Irene Gómez, trabajadoras de este diario, que obtuvieron el galardón en el año 1998.

"Me llena de alegría que se premie un trabajo de denuncia que pone el foco sobre toda la barbarie que se ha llevado a cabo durante todos estos años de expolio con la excusa del ladrillo, y más cuando están cerca las elecciones. Es bueno saber que todo eso está reconocido de algún modo y que se pone la alerta en ese tema ahora que nos toca votar", declaraba el periodista, que visitará el club del periódico en los próximos meses. Simón también ha querido reconocer el mérito de su compañero, el fotógrafo Alberto di Lolli, con el que recorrió toda España buscando los diez polémicos edificios que componen la serie de "La España del despilfarro". "Hay un gran cúmulo de disparates sobre los que seguir trabajando. A medida que íbamos publicando reportajes, la gente nos pedía que investigáramos cosas como el Palacio de Congresos de Zamora y otras obras en Segovia o Baleares... hicimos solamente diez reportajes, pero con el despilfarro que ha habido en la época del ladrillo hubiéramos podido hacer cien en todas partes de España", afirma.

"El periodismo tiene que ser rigurosamente subjetivo y no objetivo, y los profesionales tenemos que tomar partido de algún modo. Como decía Enrique Meneses, el periodista tiene que tratar de forma fuerte a los fuertes y de forma débil a los débiles. Esa es nuestra tarea y no podemos olvidarla", sentencia Simón en una declaración de intenciones que, ladrillo a ladrillo, le ha permitido construir un edificio de éxito basado en un periodismo de todos y para todos.