El hombre asesinado en el barrio de las Llamas de Zamora que apareció flotando en el embalse de Ricobayo sufrió fracturas en el cráneo, pómulo y mandíbula por los fuertes golpes recibidos con objetos como piedras, palos, puños americanos e incluso patadas en la parte derecha del rostro, según el informe del forense de los Juzgados de Zamora en el juicio con jurado que se celebra hoy en la Audiencia Provincial.

El experto, que ha calificado de "brutal y mortal" la agresión, sitúa el momento de la muerte entre las dos y las tres de la madrugada del día 13 de septiembre de 2012, sin posibilidad de que el hombre de 53 años, Jesús M. H., pudiera defenderse al quedar inconsciente con el primer golpe que sufrió.

El mecanismo de la muerte fue la "estrangulación, asfixia y sofocación al introducir gran cantidad de tierra en la boca que aspiró fuertemente y llegó a los pulmones" dado que en ese momento continuaba con vida. El autor del crimen "apoyó una o las dos rodillas en el abdomen de la víctima mientras que con una mano le estrangulaba y con la otra le metía tierra en la boca".

El forense ha hablado de "brutalidad" en la agresión y ha concretado que si el o los asesinos hubieran dejado a Jesús con las primeras lesiones que sufrió hubiera muerto sin necesidad de más golpes. Además, afirma que no transcurrió mucho tiempo, unos veinte minutos, entre la brutal paliza que le propinaron y el estrangulamiento.