El dueño del vehículo en el que se transportó a la víctima del crimen de Ricobayo hasta el pantano, un toxicómano que actúa de “recadero” para los habitantes del poblado de Las Llamas a cambio de drogas, ha contradicho con su declaración las versiones de los dos imputados por el asesinato del vecino de ese barrio, al situarles a los dos en un fumadero entre las 23.30 y la media noche del 12 de septiembre de 2012 y a partir de las 3.30 de la madrugada del día 13, franja horaria en la que ocurrió el suceso. Esta declaración, efectuada en la tercera jornada del juicio con jurado de la Audiencia Provincial, resulta crucial, ya que desmontaría las versiones de los dos procesados, de modo que ni “El Nani”, de iniciales R.L.S., habría estado en una discoteca entre las 24.30 y 7.00 horas de ese día; ni “Kafú”, R.R.S., habría ido a casa de su madre enferma.

El testigo ha declarado que dejó el turismo a “El Nani” después de que se lo pidiera prestado reiteradamente y que lo hizo a “cambio de medio gramo de cocaína”. El hombre ha explicado que solo accedió a dejarle su Volkswagen cuando “Kafú” le enseñó un documento diciéndole que era su permiso de conducir, momento el que “yo estaba ya drogado perdido”. Había llegado al fumadero de Las Llamas con un amigo hacia las 23.30, en el que no llegó a ver al fallecido, a la víctima, de iniciales J.H.M, Jesús, a quien conocía porque siempre estaba por allí. El dueño del turismo solo escuchó arrancar el coche pero “no vi quién se iba dentro porque no salí del fumadero”, ha concretado, si bien apuntó que una mujer sí les vio subir al turismo con Jesús, cuyo hermano ha puntualizado que se fue del fumadero “a la una de la madrugada” y que le dijo “Berna, me voy para casa”. No volvió a verle con vida. El familiar del finado sostiene que en la “caseto” donde estaba drogándose con su hermano estaban también “El Nani” y “Kafú”, que se fueron a las 24.00 horas y regresaron unos tres cuartos de hora de que se fuera el fallecido.

El otro testigo sostiene que volvió a ver a los dos procesados “a las dos o tres horas” de haberles dejado el coche y que hacia las 3.30 horas les había visto, junto a la esposa de “El Nani” y el amigo con el que él había llegado al barrio, haciendo una hoguera, en la que quemaron “ropas”. Antes de que prendieran fuego, realizó varios viajes “yo solo con mi vehículo” para “comprar pañales” por encargo de R.L.S. (cuyos hijos tenían entonces dos años y varios meses) y “me daban una micra (una dosis de droga) cada vez que iba a algo”. En otro de los viajes que efectuó, llevó a los dos imputados, “con la hija pequeña de “El Nani” en el asiento de atrás”, junto a este, hasta la discoteca en la que ambos “estuvieron veinte minutos”, tras los que regresaron a Las Llamas. Entrada ya la madrugada, después de que hicieran los recados y la hoguera, llevó a “Kafú” a su casa, en La Alberca.

La Fiscalía exige 25 años de prisión para los dos imputados en el crimen de Ricobayo al considerar que hubo alevosía y ensañamiento, circunstancias agravantes que elevan al máximo las penas de prisión por asesinato. Las acusaciones particulares, que representan a la familia, se han sumado a la solicitud de la fiscal, condenando el crimen del vecino de Las Llamas.