"Me podían cascar una sin tener que ver" en el asesinato y "me voy a perder la juventud de mis hijos por algo que no hice, meterme por la cara 25 años...". El más joven de los imputados por el crimen de Ricobayo ocurrido el 13 de septiembre de 2012, de iniciales R.L.S., apodado "El Nani", justificó así a preguntas de la Fiscalía que tardara dos meses y medio en declarar tras ser detenido el 3 de octubre de 2012, a raíz del asesinato del vecino de Las Llamas de 53 años y toxicómano, J.H.M., de nombre Jesús.

Ante la insistencia de la fiscal, acabó diciendo que calló hasta entonces porque se lo aconsejaron sus abogados. Y no dudó en proclamarse ante el jurado popular inocente: "Es imposible", "no soy culpable de algo tan atroz", un crimen que "solo puede hacerlo un psicópata": la víctima recibió una brutal paliza que le desfiguró la cara casi por completo y murió por asfixia, estrangulado al tiempo que se le introducía tierra en la boca, que llegó a sus pulmones.

"El Nani", el imputado más joven en el crimen, de 22 años de edad, llegó incluso a subrayar la estrecha relación que le unía con Jesús, "era como un tío para mí porque me crié con él", para descartar cualquier sombra de duda sobre su inocencia. Insistió en que ni vio ni estuvo con el finado en el "fumadero" de Las Llamas, en una de las casas abandonadas en las que se reúnen los toxicómanos que van a comprar droga al poblado para consumirla.

A lo sumo, admitió que pudo haberle "visto por allí, por el barrio", por donde solía estar "cogiendo chatarra" y otros objetos, pero sin reparar en su presencia. Tampoco el otro imputado, R.R.S, alias "Kafú", estuvo con el finado ni le vio.

Uno y otro aseguran haber salido de Las Llamas hacia las doce y media de la noche en dirección a una discoteca de la capital. "El Nani", integrante de la familia gitana asentada en ese barrio, sostiene haber estado desde la una y hasta las seis o siete de la madrugada en su interior. "Kafú" declaró ayer que no llegó a entrar porque "me llamó mi madre por teléfono, que estaba enferma" y pidió al dueño del coche que les acercó al establecimiento hostelero que le llevara al barrio de La Alberca, donde reside su familia.

La Fiscalía exige 25 años de prisión para los dos imputados en el crimen de Ricobayo al considerar que hubo alevosía y ensañamiento, circunstancias agravantes que elevan al máximo las penas de prisión por asesinato. Las acusaciones particulares, que representan a la familia, se han sumado a la solicitud de la fiscal, condenando el crimen del vecino de Las Llamas.

Una colilla de El Nani

El turismo resulta clave en el desarrollo de los hechos enjuiciados, ya que en su interior aparecieron restos del fallecido y una colilla "a los pies del asiento del conductor" con restos de ADN de "El Nani", quien niega que pidiera las llaves del coche a su propietario (no tiene carné) para trasladar a Jesús a un paraje y pegarle la paliza antes de acudir al embalse, donde le habrían asesinado y arrojado al agua con una bolsa del Sacyl atada a la cabeza, como sostienen la fiscal y las tres abogadas de la familia de la víctima. La tesis se basa "en rumores y especulaciones", según las defensas; y en testigos presenciales que vieron subir al coche a los dos acusados con Jesús situado en la parte trasera y "El Nani" conduciendo, según la fiscal y las acusaciones.

Sustancial resultará, pues, la declaración del dueño del vehículo, un toxicómano de quien este imputado dijo que era su "taxista, el recadero" y el de todos los que viven en "Las Llamas", que comparecerá hoy.

La Guardia Civil sometió a un estrecho marcaje a los dos imputados tras el asesinato. "El Nani" y su familia se desplazaron hasta Sevilla al día siguiente del crimen y permanecieron hasta el día 3 de octubre en la casa de unos primos del joven, imputados como encubridores. Se trata de un matrimonio, que ayer afirmó desconocer lo que había ocurrido en Zamora cuando se encontraron casualmente, "comprando ropa en un almacén de Sevilla" a la mujer del procesado con sus hijos, mientras este le esperaba fuera. Aunque la pareja zamorana se dirigía a Cádiz, los primos les invitaron a pasar unos días con ellos, en una casa alquilada.