Zamorana de nacimiento y benaventana de adopción, la investigadora Manuela Juárez recibió el pasado lunes el premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica 2014. El jurado, formado por expertos de diferentes áreas, destacó sobre todo "su excelencia científica de su trayectoria en el ámbito agroalimentario y el carácter pionero de sus investigaciones sobre las propiedades saludables de la leche y sus derivados", así como también "su liderazgo de equipos y la creación de escuela".

-¿Qué supone este galardón después de tantos años?

-El reconocimiento de una institución de mi tierra es una satisfacción enorme. Aunque tengo un premio de la International Dairy Federation que me lo entregaron en Nueva Zelanda hace dos años, creo que cuando me den este galardón en Valladolid va a ser incluso más especial. Nuestro trabajo es gratificante, pero un premio a la trayectoria científica te da ánimos para trabajar aún más si cabe.

-Este premio reconoce toda su trayectoria y destaca sobre todo su carácter pionero dentro del campo de la investigación. ¿Fueron muy difíciles los comienzos, sobre todo para una mujer?

-Lo cierto es que nunca sentí discriminación por ser mujer sino que cualquier actividad se valoraba positivamente. No tuve especiales dificultades aunque el comienzo fue un poco complicado porque no hice la tesis doctoral inmediatamente y tuve que compaginarlo con el trabajo ya en el Instituto, pero luego fue todo rodado.

-Aunque haya cada vez más científicas, los puestos directivos siguen copados por una gran mayoría de hombres.

-Depende de las áreas. En la mía, sobre investigación alimentaria, somos muchas mujeres, pero en Física son menos por una cuestión de gustos seguramente. Lo que pasa es que las mujeres normalmente compaginamos vida profesional y personal de distinta forma que los hombres y, aunque tengamos apoyo en casa, las cargas son mayores y algunas mujeres no aceptan un cargo directivo que implique muchas horas extra por problemas de horario. Afortunadamente, ahora estamos más igualadas a los hombres en ese aspecto y cada vez son más las mujeres que ocupan puestos relevantes tanto en la investigación como dentro de la administración.

-¿Fue su caso?

-En absoluto. Yo he tenido la suerte de tener mucha ayuda en casa, porque soy madre de cuatro hijos, dos de ellos gemelos. Hace falta mucho sacrificio porque este tipo de trabajo no puedes dejarlo durante cinco años hasta que los niños crezcan y necesitas mucho apoyo externo para no abandonar, pero es cuestión de organizarse.

-¿La consideración de la ciencia y la investigación ha cambiado mucho en España durante este tiempo?

-Sí. La evolución ha sido muy positiva hasta los últimos dos o tres años. Aunque siga ocupando un puesto importante en el panorama internacional, en los últimos años es cierto que ha habido problemas de financiación, sobre todo para incorporar investigadores jóvenes. La crisis ha afectado mucho, pero hay que confiar en que se podrá hacer para que no envejezcan las plantillas.

-Sobre todo de cara a evitar la fuga de cerebros.

-Siempre nos hemos ido fuera, porque es importante conocer otros grupos de investigación en tu mismo campo. Lo importante es que, cuando lo deseen, puedan volver, ya que, además, se han formado en nuestro país y hay que recuperarlos, también para aprovechar la inversión que se ha hecho en ellos. Es fundamental hacer más contratos a los que han hecho la tesis doctoral y se han ido fuera, pero que ahora quieren volver. Hay que aumentar los fondos de investigación, pero también la contratación en el ámbito público y privado porque la administración no puede asumir la contratación de todos los profesionales.

-Pese a residir fuera, ¿sigue vinculada a Zamora?

-Sí. Soy zamorana de nacimiento y benaventana de adopción, porque, cuando tenía siete años mis padres se trasladaron a Benavente y nos fuimos a vivir allí. Aunque vivo fuera desde los dieciséis años, voy como mínimo una vez al mes porque le tengo mucho cariño a mi tierra. Mis abuelos vivían en Andavías y allí nací, aunque mis padres vivían en la capital y allí estuve hasta que me mudé a Benavente. Para mí es una satisfacción y un orgullo decir que soy zamorana. Aunque he tenido trabajos en el plano internacional, mi vinculación con el sector a nivel español ha sido muy importante para orientar una parte de mi labor investigadora para conocer los problemas reales, sobre todo en la primera etapa cuando investigábamos sobre quesos, desarrollo de cultivos iniciadores y otros temas interesantes para este tipo de industrias.

-Aunque no haya desarrollado su labor en Zamora, su trabajo está muy relacionado con un sector muy importante en la provincia como es el lácteo.

-De hecho, he tenido mucho contacto con algunas empresas zamoranas que son muy queridas para mí. Esté donde esté, siempre procuro comprar productos de Zamora y, por supuesto, lo hago siempre que estoy allí. Hay unos quesos magníficos con unas características organolépticas y nutricionales muy buenas. Nuestros quesos de oveja son excelentes. No son manchegos ni hace falta que lo sean, son quesos de Zamora y productos de mucho interés.