La Fiscalía exige en su escrito de acusación tres años de prisión a cada uno de los dos procesados de la misma familia por el delito de encubrimiento, al estimar probado que proporcionaron a uno de los principales imputados en el crimen de Ricobayo una vivienda en la que ocultarse en Sevilla. El más joven de los implicados en lo que la fiscal califica de "asesinato", de iniciales R.L.J., se trasladó hasta una localidad sevillana, según el escrito de acusación, para huir de la acción de la policía y evitar su detención, que se produjo el 4 de octubre de 2012, tras verse acorralado y decidir entregarse a la Guardia Civil, que ya le tenía localizado. Ese mismo día ingresaba en la macroprisión de Topas, donde permanece desde entonces.