Los probióticos (microorganismos vivos que se introducen en algunos alimentos como los del famoso Actimel) pueden ser buenos para el desarrollo de la flora intestinal en determinados bebés con problemas, según la línea de investigación que se está desarrollando en estos momentos y que fue expuesta ayer en Zamora por el doctor en Biología Miguel Gueimonde y Gonzalo Solís, neonatólogo del Hospital Central de Asturias en la reunión científica celebrada ayer en Zamora. El intestino del bebé es estéril y en las primeras horas tras el nacimiento "se va a colonizar. La mejor forma de colonizarse con lo que llamamos microflora intestinal o microbiota es con la leche materna de la madre". Sin embargo hay niños que prematuros, con tratamiento antibiótico o que por otras causas no pueden tomar leche materna a los que pueden beneficiar los probióticos. "No es una práctica que esté ahora mismo extendida, estamos en fase de investigación. El uso de probióticos intenta favorecer un correcto desarrollo de la flora intestinal en el recién nacido que lo necesite".