"Me destituyen porque no he querido ser sumisa, por rebelde, porque no he practicado un "seguidismo" ciego, por ser crítica y no seguir ciertas estrategias" del partido. La exdiputada del PSOE, Rosa Muñoz, justificó así la decisión de la Ejecutiva provincial de "retirarle la confianza como portavoz del grupo en la Diputación Provincial", que ha provocado su dimisión y arrastrado a tres diputados más, entre ellos a la alcaldesa de Villalazán desde hace 28 años, Isabel Perero, porque "fui una de sus promotoras, es de mi confianza". Ambas formalizarán de inmediato su "renuncia" como militantes para dejar una formación que a su juicio ha abandonado los ideales socialistas de la mano de la actual Ejecutiva, más preocupada por "eslóganes fáciles", "por buscaban más "entrecomillados, que por el trabajo útil para alcaldes y concejales", como el grupo de diputados.

No seguirá sus pasos la otra diputada que dimitió, Leonor González Calderas, alcaldesa de San Cristóbal de Entreviñas, quien concurrirá a las elecciones con las siglas del PSOE, como tenía previsto, "no iré con otro partido. El tercero que siguió ayer a Muñoz, Braulio Prieto Macías, regidor de San Pedro de la Nave (Almeida), aún no ha decidido si continuará o no en las filas socialistas.

Muñoz, tras afrontar lo que definió como "crónica de un cese anunciado", afirmó en "un día duro" que "nos vamos con dignidad, con el trabajo bien hecho y con la sensación de que nos querían echar hace tiempo". Se va "porque prefiero quedarme con mis ideales socialistas a perderlos", si continúa militando. Y deseó al partido buenos resultados y que elija bien a sus candidatos.

La concejal de Bóveda de Toro, "defraudada", tras haber sido "siempre leal al PSOE y las ideas socialistas", se despidió de la política activa, de "mis alcaldes y concejales" a los que agradeció "su fidelidad", arremetiendo contra una dirección que "no me retira la confianza porque nunca me la tuvo". Así lo demuestra "la presión brutal" ejercida desde que el grupo de diputados tomó posesión, "nunca hemos sido sus diputados, como dijo el secretario de Organización, Ismael Aguado en una entrevista". Fue tajante al indicar que "todo han sido zancadillas" en estos cuatro años.

Quiso ilustrar la política de la Ejecutiva con las palabras del secretario provincial, Antonio Plaza: "me dijo que un partido es una organización que funciona como el ejército, los de arriba mandan y los demás obedecen". Expresión que usó en la reunión a la que se le convocó el martes para que firmara la renuncia a la portavocía, tras negarse a desmentir con un comunicado que había asistido a reuniones para constituir el nuevo partido Decide, cuyo portavoz es el también exdiputado socialista José Luis Ferrero. Insistió en que "nunca" estuvo en ninguna reunión, otra cosa, dijo, es que algún compañero manifestara su descontento con la dirección actual y aludiera a la posibilidad de impulsar un partido. Sobre Decide, indicó que "hay que ver qué recorrido tiene, lo que los compañeros, que para mí lo son aún, han dicho en los medios suena bien" para apostillar a preguntas de los periodistas que "no tengo por qué desearles malos resultados".

Por su parte, Isabel Perero dijo sentir "lástima por este PSOE que ha perdido el rumbo", llevado por "intereses personales y ambiciones particulares", no es el partido en el que empezó a militar. De la "crisis y deriva" del PSOE responsabilizó al exsecretario regional, Óscar López, primero impulsó como sucesor a Julio Villarrubia, para dejarle caer después en favor del actual líder socialista en Castilla y León, Luis Tudanca, "que le está poniendo la puntilla, renemos más de lo mismo".