Los vecinos de los pisos de la avenida de Galicia junto al antiguo matadero municipal han decidido por mayoría de votos acogerse a la ayuda ofrecida por la Junta de Castilla y León, consistente en la subvención de un tercio de los costes del cambio de las calderas de gasoil a gas. Una reunión mantenida hace unos días sirvió para desplegar una votación en la que ganaron por mayoría -aunque no por unanimidad- los partidarios del cobro de los 483 euros.

Sin embargo, la desunión entre los integrantes de la comunidad es reconocida por ambas partes, tanto por quienes han decidido acogerse a la ayuda como por los que se han asociado a través de una plataforma. Esta última ha decidido llevar el caso a los tribunales para exigir a la Junta el pago íntegro de las instalaciones, al considerar que "es la administración regional y no nosotros la responsable de todo lo que está ocurriendo", insisten desde la plataforma, que se manifiesta cada miércoles a las puertas de la delegación territorial de la Junta.

Los hechos se remontan al pasado 16 de noviembre, cuando un escape de monóxido de carbono en los pisos sociales obligó a los bomberos a desalojar durante la noche a los vecinos de 23 viviendas durante más de dos horas. Los efectivos realizaron mediciones en cada uno de los pisos para comprobar el nivel de emisión de monóxido de carbono con unos resultados alarmantes que superaban las 600 partes por millón en el piso más alto, el cuarto, un nivel muy elevado. Los bomberos ventilaron todos los habitáculos de las viviendas afectadas hasta liberarlas de las partículas y precintaron las llaves de suministro de gasoil para evitar nuevas emisiones. Unos días después, fue el propio servicio de Industria de la Junta de Castilla y León el que clausuró las calderas para evitar nuevos problemas en el bloque de edificios.

La situación que vivieron los vecinos del portal 4 de los edificios anejos al antiguo matadero rememoraba al episodio ocurrido en febrero de ese mismo año por los residentes del portal 6, en el mismo bloque de viviendas. El problema fue idéntico, si bien los niveles de monóxido de carbono calibrados por los bomberos eran mucho menores pese a ser también altos y peligrosos, 83 partes por millón en aquella ocasión.

Los vecinos de uno y otro bando insisten en los "defectos de construcción de las chimeneas" que atribuyen, una vez más, a la Junta de Castilla y León "al carecer de un orificio por donde poder efectuar su limpieza", coinciden todos los vecinos.