Las arcas municipales afrontan el primer pago por el arrendamiento del edificio del Banco de España con el proyecto de rehabilitación aún en su fase de redacción, después de que el pasado 2 de enero el arquitecto zamorano Esteban Granados rubricara el contrato tras casi medio año de problemas administrativos.

El proyecto tendrá que presentarse a principios de febrero en el Ayuntamiento para su aprobación y proceder después a la licitación de las obras. Unos trabajos que arrancarán con meses de retraso con respecto a las previsiones iniciales a consecuencia de los problemas en la designación del proyectista. Granados es el tercer candidato que figuraba en la lista de seleccionados para optar a la adjudicación. Sin embargo, la exclusión técnica del primero de ellos -Javier Jambrina- y el hecho de que el segundo -Mario Carrera- no presentara la documentación requerida convirtió el proceso de contratación en un rosario de trabas que no se solventó hasta el pasado mes de noviembre, casi medio año después desde que se iniciaran los trámites para adjudicar a un proyectista.

Una vez redactado el proyecto, el siguiente paso será la licitación de los trabajos, que consistirán en la redistribución de espacios, por una parte, y en la puesta a punto de las instalaciones, por otro. Para ello, los trabajos se prolongarán entre "cuatro o cinco meses", según las previsiones del equipo de Gobierno en relación con las estimaciones planteadas inicialmente con Segipsa. Ante esta situación, al menos hasta bien entrado el verano los agentes de la Policía Municipal permanecerán en el antiguo consistorio. Pese a la demora de los plazos, el Ayuntamiento sabía que tendría que afrontar el pago del alquiler del edificio del Banco de España a partir del 1 de enero con independencia del estado del proyecto. La cifra de 90.000 euros al año es al que abona con carácter mensual .

Este retraso demora a su vez la reubicación del Museo Lobo al viejo Ayuntamiento, una operación que va más allá del traslado de emplazamiento de las obras, ya que implica también un fuerte desembolso económico por parte de las arcas locales para costear la Casa de los Gigantes.