El Ayuntamiento inició ayer las investigaciones para conocer la identidad del burro muerto aparecido hace una semana en las proximidades de la carretera de Villalpando. Aunque en primera instancia es el propietario del animal el que debe asumir los gastos del traslado del cadáver y su incineración, en el caso de que el Ayuntamiento no averigüe la titularidad del burro el responsable subsidiario será el propietario de la parcela en la que ha aparecido. Aunque en un principio se pensó que el solar era municipal, los técnicos han corroborado que se trata de una finca privada.

La institución municipal es la que, por el momento, se encarga de las gestiones para la recogida del animal tras recibir la denuncia. No obstante, "si damos con el propietario y él quiere, le damos la oportunidad de que sea él quien asuma esta tarea", explica el concejal de Medio Ambiente, Feliciano Fernández. En cualquier caso, el cadáver "no supone ningún problema sanitario" dadas las bajas temperaturas actuales, que mantienen el cuerpo congelado. Pese a ello, "intentaremos que mañana mismo -por hoy- puedan llevárselo".

Sobre la identificación del dueño, es obligatorio por Ley que los burros tengan un microchip digital y que estén censados en un registro de explotaciones ganaderas de la Junta de Castilla y León, además de aparecer en otra catalogación solo para equinos, donde deben figurar los rasgos más característicos del animal.

La Policía Municipal ha demarcado la zona para evitar el acceso por parte de los ciudadanos.