La junta directiva de la Cofradía de la Vera Cruz ha promovido un expediente de expulsión, cuyo contenido se mantiene en absoluto secreto, para quien fuera su presidente durante 28 años, hasta noviembre de 2013, Robustiano (Chano) Lorenzo, quien para un sector muy amplio de la Semana Santa puso en pie dicha Hermandad. Un reconocimiento materializado con la concesión del Barandales de Honor el mismo año en que pasaba a ser un socio más. El propio interesado desconoce las causas que han motivado la apertura de la investigación, puesto que "por circunstancias personales no he podido recoger los burofaxs" que le remitió la junta directiva y porque a pesar de intentar hablar con el actual presidente, Teo Hernando, al que "he llamado, más de una y dos veces, nunca me ha atendido", explicaba Chano Lorenzo en declaraciones a este diario.

El expresidente de la Vera Cruz dejaba traslucir su pesar por el trato recibido, al explicar que "saben dónde estoy", en alusión a que podrían haberle localizado por otros medios, máxime cuando "siempre he dicho que estoy a disposición del presidente", así como de la junta directiva de la Hermandad. Lorenzo apostillaba que Hernando "nunca me ha llamado y yo sí para aclarar cualquier aspecto que desee" de la gestión realizada. "Siempre estoy a su disposición", reiteraba. Hernando ha preferido no realizar declaraciones a este diario.

El proceso abierto por los integrantes de la directiva, cuyo presidente rehusó realizar declaraciones a este diario sobre la polémica decisión, implica el nombramiento de un juez instructor del expediente, que se encargará de investigar los hechos sobre los que se sustenta la propuesta de expulsión. Desde la comisión sancionadora se debe comunicar a las partes implicadas, en este caso a Chano Lorenzo, los hechos que se someten a examen, al objeto de que pueda defenderse para evitar su salida de la Cofradía.

Se está a la espera de conocer la auditoría sobre la gestión económica de la Hermandad cuando la dirigía el expresidente, un informe que se dará a conocer a la asamblea general, momento hasta el cual se pretende mantener absoluta discreción sobre su contenido y las conclusiones a las que hayan podido llegar los expertos, indicaron fuentes próximas a la Vera Cruz.