Observar un callejero de la ciudad con detenimiento más allá de las vías tradicionales conocidas por todos puede traer consigo sorpresas hasta para los zamoranos de cuna. Más de una veintena de denominaciones de calles resultan completas desconocidas para muchos de los residentes de toda la vida de la capital, con un rosario de nombres que llaman la atención a más de uno. Calles como Blanca, Clavel, Bosque, Flor, Estrella, Oro o Virtud suenan "a chino" a la mayoría de los zamoranos, salvo a aquellos que viven en la zona en cuestión o pasan con asiduidad por ellas.

Suele tratarse de calles pequeñas, a menudo, meras callejuelas sin apenas tránsito con denominaciones extrañas, insólitas y con cierta gracia en su denominación. Entre la ristra de nombres figuran algunos como Cortalaire -cerca de la Alhóndiga-, Abrazamozas -en Trascastillo-, Cortarrabos -en casco histórico-, así como Flor -en Pinilla-, Estrella -junto a Obispo Nieto-, Mataburros o Limón -también en casco antiguo- o Pajitas -en el barrio de La Horta-.

Las denominaciones aluden a nombres históricos, de personajes o de referencias a leyendas, pero también de santos y santas, así como de plantas, vegetación y flores como las calles de Acacia, Álamo, Bosque o Clavel.

No faltan tampoco los nombres relativos a ciudades, pueblos o países, casos como las avenidas de Salamanca, Soria, Valladolid, Vigo o hasta la vecina Portugal.

También las calles, no solo las avenidas, aluden a puntos geográficos tanto zamoranos como del resto de Castilla y León y de España. Ejemplos de ello son calles como Alcorcón, Burgos, Fuenlabrada, Fuentesaúco, Gema, Gerona o Gijón. Muchas de ellas son denominaciones adquiridas por nuevas urbanizaciones de viviendas, caso de Vista Alegre.

Es fácil hacer la prueba con cualquier zamorano y preguntar por calles como Virtud, Oro y Acacia. Es muy probable que se tenga por respuesta un encogimiento de hombros ante calles de esta singularidad.