"Muchas veces desconocemos nuestro pasado porque no hay gente que nos lo explique". La sentencia es de un profesor de la Escuela de Magisterio de Zamora, Alejandro Gómez, que ayer llevó a sus alumnos a visitar la nueva Ruta Sefardí, que recorre cinco puntos de la ciudad desde la plaza del Zumacal hasta la entrada de Valorio, pasando por el corazón del casco histórico. Como guía, el profesor Jesús Jambrina, que ha impulsado junto al Ayuntamiento de Zamora el itinerario para descubrir las huellas inmateriales -no hay restos arqueológicos de la presencia judía- dejadas por la importante aljama (comunidad) hebrea que pobló parte de la ciudad en la Edad Media hasta la expulsión decretada por los Reyes Católicos (año 1492).

La experiencia, atractiva para varios alumnos de Magisterios y futuros docentes, es un ensayo del recorrido que realizará este viernes una veintena de personas junto a Jambrina, promotor de los últimos dos congresos científicos en la ciudad. La actividad responde al creciente interés por el enigmático pasado hebreo de Zamora y la herencia sefardí. "Cuando los judíos tuvieron que dejar España y Portugal siempre pensaron que iban a regresar, se fueron con la piedra en el zapato", explicaba Jambrina a los jóvenes estudiantes. El país imaginario tejido desde entonces, cimentado en las tradiciones judías y en la práctica de la lengua ladina, es lo que hoy se llama Sefarad. Un término que en Zamora encuentra argumentos para ser explicado.

Porque la ruta -que completa una perspectiva interesante de la capital junto al recorrido por el románico o el modernismo- parte del corazón de la judería vieja de Zamora, en los Barrios Bajos. La escasa documentación que se conserva establece entre la plaza de Santa Lucía y el Zumacal "la sinagoga antigua y, por lo tanto, otra nueva", explicó la historiadora local María Antonia Muriel, presente en la expedición.

Allí, en la plaza de Santa Lucía, radica una de las experiencias más sorprendentes del itinerario: la Cueva Árabe. Pub nocturno durante años, cerrado al público hace más de una década, el conocimiento del edificio capta fácilmente la atención del visitante. Jambrina anunció que, al estudio arquitectónico de los profesores de la Universidad de Valladolid, se sumará la tesis que realiza una estudiante sobre el mapa sonoro de la cueva. La compleja arquitectura, similar a la de algunos edificios de Toledo, muestra que "sea lo que sea, este edificio fue muy importante en el pasado". Jambrina defiende que el recinto, hoy subterráneo, pudo ser una de aquellas sinagogas. "El estudio va a demostrar la ciencia que hay en esta construcción", aventura el profesor cubano con raíces en Gema del Vino.

La labor divulgativa de la Ruta Sefardí se reeditará este viernes (plaza de Zumacal, 17.30 horas) continuará más tarde en el salón de actos de La Alhóndiga con un acto cultural centrado en la difusión de una de las tradiciones judías más importantes, la Jánuca. "Es una sesión pedagógica para explicar qué es Jánuca, por qué se celebra y su importancia. Se hablará de cómo se celebra en diferentes lugares y Abraham Haim va a explicar las tradiciones de Jerusalén", explica Jambrina sobre una cita con entrada libre que se iniciará a las 19.30 horas. Los participantes encenderán la primera vela del tradicional candelabro de nueve brazos, que ha sido confeccionado por un artista local de forma anónima.