La gubia y el cincel son las herramientas con las que más acostumbrado está a trabajar Laureano del Estal López, quien ha ganado la primera edición de los premios Parra, un concurso de diseño conceptual de joyería celebrado en Salamanca.

Desde hace un tiempo este escultor ha querido explorar nuevos ámbitos artísticos, como la joyería. Así en alguna ocasión ha diseñado joyas para su mujer o algún conocido "mezclado alambre de plata con pirita y con ébano, materiales con los que he hecho conjuntos de colgantes, anillo y pendientes", ejemplifica el artista que conoció la existencia del certamen de diseño conceptual a través de un amigo. "Él me animó y realmente ¡no perdía nada con intentarlo!".

Durante varias semanas Del Estal estuvo barajando ideas para su concepción. "Desde que me surgió la idea hasta que la di por finalizada, realicé muchas pruebas", asegura a la par que atestigua que a la hora de realizar el planteamiento ha tenido que tener en cuenta "los materiales con los que lo ejecutaría", que él estima que debería de corresponder a oro blanco y a oro amarillo.

Laureano del Estal, quien remitió la pieza desde varias vistas tal y como se demandaba en las bases, optó por concurrir con un diseño de una espiral de ADN y dos semiesferas, una propuesta que "tiene mucho dibujo técnico, pero es muy alegre y distinto a lo que habitualmente se ve en joyería", concreta el artista que ahora está trabajando en la confección de pines para la Semana Santa capitalina.

En escultura este zamorano normalmente visualiza la dificultad con la que se va a encontrar en la ejecución "para intentar solventar cuanto antes" y en este caso "soy consciente de que la espiral de ADN será complicada de ejecutar porque es milimétrica y tiene que estar bien equilibrada", subraya. "Son dos medias esferas separadas por una cadena de ADN y debería ser reproducida en oro blanco y oro amarillo las separaciones de las cadenas, mientras que el resto, en oro blanco", describe.

A los Premios Parra han concurrido 25 personas con sus diseños de joyería conceptual. Para Tomás Parra, promotor del certamen, "la propuesta de Laureano del Estal es singular, lo que perseguíamos al convocar el certamen, pues premiamos la originalidad y la riqueza conceptual sin dejar de lado la calidad técnica". Este hombre, segunda generación de joyeros, se animó a organizar el concurso movido por el deseo de reivindicar aquella parte de arte que toda joya posee. "Actualmente la joyería que se vende es muy comercial y el diseño no interviene salvo en el caso de clientes muy puntuales, pese a tratarse de un arte muy creativo", argumenta este profesional para quien debe de existir una conexión entre la joya y su dueño.

El premio, que nace con el deseo de continuar el próximo año y los sucesivos, ha consistido en un colgante alusivo a los Premios Parra, un diploma acreditativo y la posibilidad de llevarlo a término físico en un futuro.