Mostrar el suicidio como cualquier otra causa de mortalidad es imprescindible para que la sociedad avance en el reconocimiento de que se está ante una realidad social que afecta a numerosas familias. El psicólogo y experto en duelo Valentín Rodil indica que los primeros pasos en este sentido pasan por realizar campañas "similares a las que se hacen para alertar sobre la gravedad de los accidentes de tráfico". Esa es la llave "para que se pueda adentrar más en este tema y avanzar en el trabajo de prevención", subraya este experto, quien participó en las V Jornadas sobre Duelo organizadas ayer por el Obispado de Zamora y centradas en esta ocasión alrededor del suicidio.

Una de las principales trabas contra las que los especialistas en acompañamiento de duelo tienen que luchar está en que el suicidio "es todavía un tema tabú en la sociedad", reconoce Rodil. Además, los familiares todavía siguen ocultando la realidad excusando esa muerte y disfrazándola de otras causas. "Históricamente, en todos los pueblos del mundo el suicidio no ha estado bien contemplado, despierta en nosotros el fantasma del instinto de muerte y el miedo que tenemos a la oscuro", recuerda. Por ello, defiende esta reacción inicial a no reconocer lo que realmente ha sucedido ni expresarlo con normalidad. "Como proceso inicial no me parece del todo malo, pero hay que avanzar con ese familiar para llegar a un buen final. Además, también hay que tener en cuenta que el entorno no está aún preparado para responder adecuadamente; el estigma es todavía muy real".

Las herramientas con las que cuentan los acompañantes para ayudar a superar estos procesos pasan por la empatía. "Esta respuesta atiende al contenido del suceso, a recoger ese sentimiento y a atender a los significados que se están diciendo. Devolviéndolo en forma de mucha comprensión hace que las personas se sientan acompañadas y, por tanto, puedan dar un paso más", resume.

Sobre el sentimiento de culpa de muchos familiares tras esta situación, el psicólogo asegura que se trata de "un estadio más" del proceso de duelo, aunque también puntualiza que "aunque la culpa te puede visitar, lo que no puede hacer es quedarse a vivir contigo. Tiene un propósito, que es revisarte y hacer que tu vida sea mejor. Pero si la culpa se vuelve sobre sí misma, se convierte en patológica y estéril".

En este sentido, la fe puede jugar un papel importante en estas situaciones personales tan complicadas. "Hay tres reacciones: los que se cuestionan todas sus creencias, los que comienzan a amanecer a ese sentimiento y los que se reafirman en su fe", enumera el teólogo. "La fe se constituye como piedra de toque, pero también se pone a prueba. Lo que nunca puede es utilizarse como contenido racional, porque de esta manera no se avanza en el duelo, queda oculto", advierte.

El silencio alrededor del suicidio, apunta Rodil para finalizar, se justifica porque "enfrenta a las personas a un final que a todo el mundo inquieta. Tanto psicólogos como familiares tenemos un gran respeto a esa situación y cuesta hablar sobre el tema, pero hay que entender que no por no hablar de nuestros demonios van a estar menos presentes".