El maestro Miguel Manzano está cargado de nuevos proyectos, algunos de los cuales se materializan en las próximas semanas. Es su conversación animada, este hombre vitalista habla con pasión de la música, a la que ha consagrado su vida.

-Este mes una de sus piezas, "More hispano", se interpreta en su versión completa en el Teatro Principal. ¿Cómo ha surgido este recital de piano?

-Todo se debe a su director Daniel Pérez que le tiene a esta obra un aprecio y él se ha encargado de buscar al dúo Atlantis que lo va a tocar. Cada pianista interpretará una parte en el concierto. "More hispano" la compuse tras publicar el cancionero de Zamora, por entonces estaba estudiando al músico y compositor Béla Bartók que tiene una pieza titulada "Para los niños", melodías muy sencillas que introducen al nuevo pianista en composiciones muy bellas. Pensé que podía hacer algo similar y comencé a buscar temas fáciles, que amplié, desarrollé variaciones y luego una contestación entre la primera y la segunda parte. Es una obra que se ha difundido en muchos de los conservatorios de todo el mundo gracias a que la publicó la Boosey&Hawkes de Londres.

-La música sacra también forma parte de sus inquietudes compositivas. La obra "Lucernario" se tocará completa en breve.

-Es una pieza que escribí el pasado año para el congreso sobre el V centenario del inicio de la construcción de la Catedral Nueva de Salamanca, donde se estrenaron dos de los himnos para coro gregoriano que la conforman. Ahora se van a estrenar once más en ese templo en vísperas de Navidad. Me los pidió el Coro de Cámara de la Universidad de Salamanca a fin de tener material para un concierto que recorre el año litúrgico. Además a finales de mes en Zaragoza se estrena la obra "Completas de Domingo", que incluye salmodia, acompañada de fabordones e himno a cuatro voces masculinas, por encargo de la Institución Fernando El Católico que también me ha pedido una conferencia sobre "La música de los antiguos himnos litúrgicos".

-La música antigua está de actualidad por la renuncia del violagambista, Jordi Savall, quien ha participado en varias ediciones del Pórtico de Zamora, al premio Nacional de Música debido a su desacuerdo con la política cultural del Gobierno español. ¿Qué opina?

-Me parece un gesto de primera. Jordi Savall ha trabajado mucho por la música y el hecho de que renuncie a un premio tan importante y con una buena retribución económica para manifestar su desacuerdo con la forma de llevar la cultura el ministro del área me parece un gran gesto. Estoy de acuerdo con lo que ha hecho y comparto su denuncia. En estos momentos la música está apartada y relegada en nuestra sociedad y la política que se está desarrollando actualmente hace poco por ella. La gran música siempre ha estado en precario en este país y quienes hemos podido hacer algo lo hemos hecho por nuestra cuenta.

-Empezó en la música sacra para luego centrarse en la tradicional. ¿Qué le mueve a conjugar las dos aguas?

-Pienso que dentro de la música popular religiosa que yo he tratado hay obras maestras que no se cantan, de ahí que hayamos recuperado el concierto de Semana Santa y que haya hecho himnos en latín cogiendo sonoridades viejas para que suenen por las calles y que sin yo esperarlo se han metido en la memoria musical de la gente. No obstante, he trabajado mucho la música tradicional que, en última instancia, es muy semejante a la popular religiosa pero la gente no se reviste con sonata u ornamentos para cantarla. La música religiosa popular trasmite porque está hecha por grandes maestros de capilla que tenían el dominio de hacer melodías que la gente memorizaba y la cantaba sin papel a un voz y con acompañamiento.

-Gaspar de Arabaolaza, maestro de capilla de la Catedral de Zamora.

-Fue el maestro de mi padre y a él le enseñó a leer música en los años 30. Luego lo tuve yo de profesor durante diez años, fui dos su ayudante y estuvo en la Catedral en el tribunal que me juzgo para mi oposición para organista de la seo e incluso me compuso una obra para ese examen. Su creación no está suficientemente divulgada.

-¿Una carencia que trata de solventar con trabajos como las adaptaciones que ha hecho para el barítono Luis Santana?

-Sí. He adaptado siete obras del maestro a las que ha añadido alguna estrofa, pero siempre con la misma música. Ahora se canta en lírico, cambia de género y de público, lo que demuestra que una canción que parece simplona y sin armonía digna, la tiene. Sigo trabajando en la adaptación de más canciones del maestro Arabaolaza para divulgar las composiciones y los textos escritos por este gran músico, el mejor maestro de capilla de la Catedral de Zamora que escribió himnos y canciones, obras de órgano que están en ingentes recopilaciones.

-Un paralelismo con su propia trayectoria porque su obra "Salmos para un pueblo" (que incluye piezas como "¡Qué alegría cuando me dijeron!") es conocida en todo el mundo.

-La verdad es que sí. Recientemente me ha llegado una interpretación de uno con marimba mexicana y coro. Tras más de 40 años son músicas que todavía se escuchan y que están en todos los cancioneros. ¡Ya es como si no fueran temas míos, son de la gente!

-Usted ha recopilado miles de canciones de tradición popular. Analícenos cómo percibe ahora usted este campo.

-La música popular tradicional está agonizando. Pueden quedar personas de edad que recuerden los temas que cantaron en su juventud, pero desde el cancionero que hice en los años 70 han desaparecido los informantes.

-La música de raíz ¿sería su relevo?

-Carece de él. Esta música ha muerto donde vivió siempre. Ahora quienes la sacan lo hacen con intenciones muy variadas. Hay gente que también canta respetando la dignidad de las melodías y sin jugar con ellas. Sin embargo hay grupos de lo que llaman nuevo folk que cogen un tema y tienen una ocurrencia y empiezan a jugar con habilidades de los dedos y lo que hacen es marear la perdiz. No puedo juzgar en bloque, pero hay realizaciones correctas que respetan, pero también hay muchos atracadores, desde los que mezclan cuatro temas los pasan por la batidora y van haciendo conciertos por las poblaciones convenciendo a delegados de cultura y concejales que, por lo general no entienden de música.

-¿Qué consecuencias van a tener estos reinterpretadores?

-Lo que hacen es que desaparezca lo poco que queda de la música tradicional que otros intentan recuperar con gran esmero. El loable el esfuerzo que efectúan en Zamora distintos colectivos para recuperar piezas que recopilaron Manuel García Matos o el maestro Haedo.

-La música tradicional ¿debería encauzarse en el ámbito educativo tanto en institutos como en los conservatorios?

-Sin duda porque es la única forma de divulgarla, pero tanto en la escuela como en el conservatorio debería de impartirla una persona que sepa lo que se trae entre manos. Lo mejor que se le puede hacer a un niño es enseñarle a cantar y luego a tocar un instrumento.

-Usted ha escrito que las nuevas generaciones que van ahora a los parques no cantan.

-Ahora oyen a grupos como Cantajuegos, un grupo que introduce rocambolescas mezclas acompañadas de gestos que aporta un valor distinto. La canción infantil como la de adultos tiene un principio y un fin con un argumento. La carencia de una formación musical desde la tierna infancia hace que no se cante. Existe actividad musical entre los jóvenes, donde a veces hay talento, pero muchas de sus piezas carecen de un desarrollo lógico de una obra músical.

-El nombre de Miguel Manzano está asociado a los grupos Voces de la Tierra y Alollano. Para usted estas formaciones son...

-Para mí han sido los instrumentos de difusión de lo que tenía como proyecto. He tenido la suerte de que toda la música que he escrito se ha cantado.

-En la celebración del Día de la Provincia la Joven Orquesta Sinfónica de Zamora estrenó una pieza suya, que habían cantado ya en Alollano, centrada en la comarca sayaguesa. ¿Cuándo grabarán un trabajo monográfico sobre Sayago?

-El disco de canciones de Sayago nace porque cada comarca zamorana tiene unos "tics" musicales distintos, de forma que puede hacerse un álbum con cada una de las zonas. Quizá sería un proyecto del grupo si hubiera alguna institución detrás. No obstante, el proyecto de Sayago lo encara solo Alollano y lo vamos a financiar antes de hacerlo.

-Por lo tanto ¿van a recurrir al crowdsourcing o micromecenazgo?

-Efectivamente porque no pretendemos ganar un duro, sino librar gastos y divulgar los temas.

-Su nombre ha sonado este año para el Premio Barandales de Honor que otorga la Junta Pro Semana Santa por la contribución que ha realizado a través de varias piezas vocales como Crux Fidelis, y Jerusalem, Jerusalem.

-Agradezco a las personas que se han acordado de mí para este reconocimiento, pero no me haría mucha gracia que me lo concedieran porque la Semana Santa ha crecido tanto en aparato escénico que ya empieza a ser abusivo. Ha olvidado las raíces, de tal manera que no me apetecería que me lo dieran.

-Y desde su faceta de compositor, ¿cómo percibe la música en la Pasión?

-Hay demasiada trompeta. Los grupos de trompeta suenan a militar, que Cristo fuera entre soldados romanos no es disculpa para que haya sonidos agresivos. Si las trompetas las sitúan al inicio o al principio estoy de acuerdo, pero una imagen acompañada de sonido de trompetas... me parece hasta irreverente.

-Lleva un año representando a la provincia de Zamora en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

-Sí y en este año he estado pendiente de lo que sucede en Zamora, pero el campo de las Bellas Artes es muy amplio por lo que creo que la provincia tendría que tener varios representantes, al menos otro para arquitectura.

-¿Por qué menciona la arquitectura?

-Debido a los logros y las aberraciones que se han hecho. Existe un gran abandono con todo lo que se ha realizado. Hay espacios e instalaciones para el ciudadano que en poco tiempo se han deteriorado mucho como el paseo del río Duero que tiene tramos bonitos, pero en el barrio de Olivares se observa un gran abandono. Además no se pueden enseñar las aceñas porque están cerradas y, por poner otro ejemplo, la parte histórica de Valorio está destrozada.

-Qué nos dice sobre el edificio Teatro Ramos Carrión.

-En mi opinión es un edificio que es un tortazo al entorno. Rompe la silueta de la ciudad con un cubo insultante en contraste con la cúpula de la Biblioteca Pública, que estuvo acertadamente resuelta. Yo todavía no he estado en el Teatro Ramos Carrión y a mis oídos han llegado comentarios de todo tipo, hasta que es desolador.

-¿Zamora debe contar con dos teatros independientes o una gestión conjunta de los espacios escénicos?

-De manera independiente es absurdo. Creo que debería hacerse una gestión conjunta y aprovecharse de la experiencia de décadas que atesora Daniel Pérez como director y como dramaturgo. Cuesta mucho trabajo que un profesional se haga. Además en Zamora no hay tanto público para mantener activos dos teatros.

-Su labor de investigador y musicólogo le ha hecho atesorar un amplio archivo que le gustaría que estuviera....

-Tengo todo mi archivo en proceso de informatización que irá al Archivo Nacional de Música, aunque haga una copia para la Biblioteca Pública del Estado de Zamora y quizá otra para la Academia de San Fernando para que se difunda.

-¿Sopesa entregar otra copia al Museo Etnográfico de Castilla y León que tiene su sede en Zamora?

-No. En el tiempo que lleva abierto yo no he recibido ninguna propuesta por parte de la dirección del centro. No he tenido ninguna relación con el Museo.