Como un "notable abuso" calificó la fiscal la conducta de un vecino de Toro -de 70 años de edad y coeficiente intelectual normal- que "mediante engaños", con la promesa de entregarles "unos zapatos" o dinero e invitarles a "cafés y cocacolas", "se ganó la confianza" de dos internas de Intras en mayo de 2011 para someterlas sin su consentimiento a prácticas sexuales, con penetración al menos en uno de los casos, según denunciaron en su día.

La fiscal, que exige a la Audiencia Provincial la imposición de una condena a 14 años de cárcel y otros tantos de alejamiento, aludió a la "mayor vulnerabilidad" de las dos mujeres, con retraso mental ambas, una esquizofrénica y la otra bipolar. Enfermedades que, junto a la "asimetría cognitiva" respecto del imputado, explican que sean "más influenciables y manipulables", ventajas para quien no habría dudado en llevárselas a "un lugar aislado, a las afueras de cualquier núcleo de población", a una "cuevichuela insalubre, a la que él sabía qué iba a hacer, no así las víctimas".

La psicóloga del equipo multidisciplinar de los Juzgados insistió en "la dificultad" de las dos presuntas víctimas "para comprender e interpretar las situaciones", son "más manipulables" ante patrones de "premio o castigo" y, "si se les lleva con engaño a algún lado y se les insiste, se les puede obligar" a hacer algo que no deseen, dada la dependencia que generan respecto de quienes se ganan su confianza porque "su autoestima es menor" que en personas sin deficiencias intelectuales. Respecto de su capacidad para inventar, la profesional fue clara: "es poco probable que tengan capacidad" para ello "porque no saben que se comprometen". Y, sobre todo, los test de credibilidad negaron que mintieran.

La fiscal quiso refrescar la memoria al procesado que aseguró que en la cueva -cedida por un pastor de Toro- vivió provisionalmente, al remitirse a lo que él mismo declaró ante la policía, tras la denuncia: "que iba allí a viciar", que "tenía algunos enseres, pero que era para lo que era".

La respuesta del hombre, cuyas iniciales son A. C. O. y para quien su letrada exige la absolución por falta de pruebas, fue "la policía miente", no sin insistir en que "era una vivienda, no una cueva", situada a las afueras de Toro y que la Guardia Civil pudo localizar por las indicaciones, in situ, de una de las dos víctimas. El acusado afirmó, en el juicio celebrado ayer, que las dos internas de Intras sabían a qué iban con él a la cueva, que las relaciones sexuales fueron consentidas. Con una porque "éramos novios", detalle que obvió, recalcó la fiscal, cuando fue interrogado por la Guardia Civil, tras la denuncia realizada por la concejal de Festejos de Toro que le impidió llevarse por separado a las mujeres en el coche en otra ocasión, ayudada por vecinos de la localidad y que ayer aseguraron que todos conocen a los usuarios de Intras en el municipio, que portan un distintivo visible.

La supuesta novia admitió ser la pareja del imputado, si bien su declaración fue perdiendo consistencia a medida que la fiscal le hacía preguntas para que concretara las fechas y la duración de esa relación. "Le conocí en la discoteca, hace muchos años", "no sé cuándo", "comenzamos a salir hace dos años, en 2012"; "en el 2011", cuando ocurrieron los supuestos abusos, "creo que no, no me acuerdo, ¡como hace tantísimos años!, terminamos hace uno o dos", quiso especificar, la presunta víctima, sin lograrlo. Después dijo que "yo iba los fines de semana a su piso, íbamos juntos y salíamos de fiesta, lo sabe todo Zamora y los de Intras", "conmigo se ha portado muy bien", "me regaló unos zapatos y me los puse para ir a misa", "me compró cocacolas, he comido con él y hemos tenido relaciones porque nos ha dado la gana".

Sobre la otra mujer, incapacitada por el juez y menos expresiva, el imputado en los dos delitos de agresión sexual explicó que "ella me pidió ir a buscar unos zapatos, una cocacola que yo tenía en la cueva, fuimos con su consentimiento" y "también consintió" en mantener relaciones sexuales, afirmó, "pero no lo hicimos porque empezó a vomitar". "Ella solita se desnudó. Me eché encima de ella, pero no llegamos a cosumar y no sé si le di 4 o 5 euros para tabaco, pero no para pagarle" por mantener relaciones.

Muy distinto es el relato de esta interna de Intras, que aseguró que el hombre la prometió unos zapatos que tenía en la cueva, "luego me llevó y era todo mentira y lo que quería era lo otro y yo no quería", sostuvo ante los magistrados de la Audiencia para asegurar que "me violó, me forzó", "sin preservativo", "él me desvistió a la fuerza, yo le dije que no quería", "yo no soy así". Esa fue la misma versión que ofreció a la policía, pero al avanzar el interrogatorio terminó por indicar que no llegó a penetrarla, que no se acordaba, si bien agregó que "yo creía que por un café y tabaco no era para tener sexo" y se remitió a lo que una tía le decía, que los hombres "son todos iguales, van a lo que van, a reírse de una", que no debía fiarse de ellos.