A sus 60 años, el maestro de yoga Eduardo González-Granda está feliz y lleno de vitalidad, algo que atribuye a la práctica de esta disciplina. Él y otros de sus compañeros de la Escuela Iyengar impartirán una charla y demostración de posturas en la Alhóndiga a las ocho de la tarde bajo el título "Yoga para la salud".

-¿Qué se encontrará quien vaya a la demostración del viernes en la Alhóndiga?

-Una charla, coloquio y demostración de posturas que resume nuestra manera de enseñar yoga a todo el mundo. Adaptamos la práctica a los problemas de salud personales de cada uno de los alumnos: ciática, dolores de espalda, estrés, ansiedad...

-¿A quién se dirige esta charla y la práctica del yoga?

-A todos los públicos, ya que se puede practicar desde los siete a los ochenta años o más. La forma de practicarlo es distinta según las edades, la complexión física o los problemas de salud.

-¿En qué se diferencia su escuela de los demás centros que imparten yoga?

-Es una escuela muy precisa con muchos detalles técnicos en todas las posturas. Aunque es para todo el mundo, es un tipo de yoga muy intenso. Otra de las peculiaridades es que utilizamos soportes como sillas, mantas o cintos para quien no pueda realizar los ejercicios por sí mismo para que la postura sea lo más similar posible a lo correcto de acuerdo con su capacidad personal.

-¿Qué aporta la práctica del yoga?

-A nivel físico mejora la salud y otorga juventud, se tenga la edad que se tenga. La columna está joven y se estira hacia atrás, dando energía y dinamismo. Las posturas invertidas por ejemplo aportan gran calidad de vida en los últimos años porque reducen los problemas de riego cerebral y las pérdidas de memoria. El maestro Iyengar llegó a decir en una de sus charlas en España que si todo el mundo practicase yoga, casi todas las farmacias tendrían que cerrar.

-¿Y a nivel mental?

-Es una recogida hacia el centro de uno mismo. Todos tenemos pedazos de nuestro interior dispersos en nuestro organismo, y el yoga ayuda a amalgamar los trozos de nuestra vida. Es esencialmente un camino espiritual no religioso, compatible con cualquier creencia o fe, ya que implica llevar la mente al interior a través de posturas y la experiencia.

-¿Exige grandes capacidades físicas?

-No, ya que se van adquiriendo con la práctica. Tu estado inicial puede ser cualquiera, y la correcta práctica te lleva a alcanzar mayores aptitudes. Siguiendo las pautas y orientado por el profesor se adquieren grandes capacidades, sobre todo flexibilidad, que pese a todo lo que dicen no es tan importante tenerla desde el principio. Lo básico es el temple, la resistencia al estrés, el desarrollo del sistema nervioso...

-¿Recomendaría combinar la práctica de yoga con otros deportes?

-En principio no. Yo no lo mezclaría con prácticas como el aerobic o la gimnasia porque son maneras muy distintas de hacer las cosas. Son francamente diferentes. Hay deportes que de entrada no son buenos, como el tenis, porque te desequilibra de un lado. Con el único deporte con el que yo lo compatibilizaría sería con la natación y quizá se podría mezclar con prácticas que sean simétricas y equilibradas. El yoga es suficientemente completo como para que no necesites hacer ningún otro deporte, suponiendo claro que el yoga lo sea.

-Últimamente han salido a la luz fotografías de personajes famosos realizando posturas muy avanzadas. ¿Es peligroso intentarlas sin ninguna formación?

-Se pueden torcer algo y hacerse daño, pero este tipo de fotografía son meros posados. Realmente se ve que la mayoría son malas prácticas, pero con fotografías bellas. Son un escaparate para el yoga, pero nada técnico.

-¿Puede ser contraproducente su práctica?

-Aporta una resistencia muy grande al estrés, lo que puede ser incluso malo para ti. Un objetivo legítimo es buscar la salud, la alegría y el bienestar, pero si te aporta un aguante muy alto al estrés, puedes creer que vas a medrar sin límites en tu multinacional sin que te pueda la presión. Es decir, el yoga te permite tener mayor resistencia al estrés aunque sea para causarte daño, porque en el momento en el que dejas de practicarlo se te cae el mundo encima porque no puedes sostener el ritmo de trabajo que has conseguido gracias al yoga.

-¿Es muy espiritual?

-En su meta, sí. Dentro del yoga como experiencia, se habla de las reencarnaciones y las vidas sucesivas, por lo que el "yogui" intenta terminar con el ciclo constante de vida tras vida que se harta de estar constantemente naciendo y muriendo.

-Brevemente, para quien no lo conozca, ¿qué es el yoga?

-Los textos dicen que es "apaciguar las fluctuaciones de la mente". Yo prefiero decir que es "el encuentro con el ser".