El zamorano José Emilio Yanes García es un especialista en palomares. Publicó en 1996 su libro "Palomares tradicionales en tierras de Zamora" y después ha seguido estudiando este tipo de construcciones, sobre las que ayer dio una conferencia en el Museo Etnográfico al hilo de la exposición sobre estos edificios abierta en La Encarnación.

-¿Cómo empezó a estudiar este tipo de lugares?

-Había entrado de niño, pero siendo adulto un día volví a uno y los redescubrí. A partir de ahí se convirtió en una especie de obsesión y comencé a investigar y a hablar con expertos en el tema. También empecé a viajar por toda la provincia para hacer un censo de palomares y clasificarlos según su tipo y estado de conservación. En 1996 catalogué 1759 construcciones y aprendí mucho y escribí lo que pude.

-Es una construcción muy representativa de la provincia.

-Sí. La lástima es que, de ese número, ha desaparecido un gran porcentaje desde que los censé porque muchos ya se han derrumbado. De los que entonces se encontraban en aceptable estado de conservación, que eran unos 1300, habría que reducir un número muy alto.

-¿A qué se debe?

-El mantenimiento es costoso, la despoblación rural muy grande y no hay ningún tipo de ayudas por parte de la administración. Lo que proponía entonces era realizar un catálogo de los más representativos y apostar por la conservación. Hubo ayudas en su momento por parte de las consejerías de Agricultura y Fomento, pero eran bastante limitadas y ahora ya no las hay. Además, cuentan con una gran desprotección legal, por ejemplo, se puede cazar a 200 metros de un palomar tradicional.

-¿Qué otros factores causan esa desprotección?

-Muchísimos. El cambio de las economías de autoabastecimiento, que ya no existen. Cuando muere un palomar evidentemente muere parte de la cultura tradicional. Hay palomares con más de 200 años y es una arquitectura popular que, por desgracia, desaparecen y no pueden recuperarse.

-¿Qué solución propone?

-En primer lugar, habría que hacer un catálogo sobre las construcciones más emblemáticos atendiendo a su tipología. Después, fomentar el turismo con rutas por las zonas de palomares incluyendo centros de interpretación, actividades de fotografía y visitas al interior para que los visitantes pudieran ver cómo eran estos palomares. Otras comunidades protegen sus construcciones emblemáticas, como los hórreos asturianos, las masías catalanas o los pazos gallegos, y aquí no los valoramos.