Zamora es una ciudad que cada vez atrae a un mayor número de turistas deseosos de disfrutar su buena gastronomía y la enorme riqueza cultural que ofrece a quien la descubre por vez primera y a quien repite. Y, lo que es mejor, para ser un visitante en "la perla del Duero", y aprovechar lo que puede darte no hace falta tener un presupuesto demasiado abultado.

El abanico de precios de los alojamientos de la ciudad es muy amplio y se adapta a todos los bolsillos. Los peregrinos que pasen por Zamora pueden ocupar una plaza en el Albergue Ciudad de Zamora, realizando un donativo a su elección, siempre y cuando presenten la credencial que indique que se dirigen a Santiago. Para los que visiten la ciudad sin hacer el Camino, desde distintas páginas de Internet, el turista que se dispone a venir a la capital, podrá encontrar grandes ofertas en buenos hoteles y hostales, con dos y tres estrellas, pagando entre 40 y 50 euros por una habitación doble.

Tapas y cultura

Una vez establecidos en la habitación y aparcadas las maletas, Zamora cuenta con centenares de locales en los que reponer fuerzas y llenar el estómago sin gastar una fortuna. El "tapeo" es una asignatura obligatoria para el turista que, dejándose una media de 2,50 euros por una caña y una tapa, podrá probar muchos de los productos que ofrece la "tierra de sabor". Figones, patatas bravas, mollejas, los típicos pinchos morunos, y otros cientos de platos que se pueden encontrar en los locales hosteleros, conforman una oferta irresistible para el visitante, que puede regarlos con una copa de los distintos vinos de la denominaciçon de origen Toro por un precio también reducido.

Cuando sea el turno de visitar la ciudad, lo más importante es abrir bien los ojos para descubrir la gran variedad arquitectónica que configuran el casco histórico de la capital zamorana. Y, por suerte, apreciar las diferencias entre un pequeño templo románico y una fachada modernista, es aún gratis para todos.

Zamora es una ciudad para pasearla y descubrir que es la localidad española que mayor número de iglesias románicas concentra. Casi todos los templos son de acceso gratuito y tienen el horario adaptado a las necesidades turísticas del verano. Sin embargo, quien desee entrar en la seo y en el museo de tapices tendrá que pagar seis euros por ver ambas.

Otra alternativa no demasiado cara (1,20 euros por cada trayecto sencillo para los adultos y gratuito para menores de cinco años) es coger el tren turístico que ofrece una panorámica de la ciudad y puede servir a los turistas para ubicarse en ella y apuntar monumentos y zonas que ver con más detenimiento con posterioridad.

Además de pasear desde la Marina a la Catedral, sin olvidarse de las Aceñas de Olivares -monumento también gratuito- y el Puente de Piedra, Zamora cuenta con una variada oferta cultural de museos y exposiciones. Casi todas las muestras temporales de los espacios museísticos suelen ser de entrada libre, pero quien desee acceder a la colección permanente deberá abrir su cartera. Sin embargo, la entrada en muchos de ellos no es en absoluto prohibitiva. Por ejemplo, el Museo de Zamora apenas supera el euro, y en otros, como el Museo Etnográfico de Castilla y León hay días en los que se puede acceder de forma gratuita o incluso se puede asistir a alguna de las visitas guiadas también sin coste alguno.

Y si todavía quedan fuerzas al final del día, el verano cultural de Zamora es una buena opción para completar la jornada. Desde conciertos de jazz y otros estilos musicales a cine de verano, pasando por rutas medievales teatralizadas que cuentan la historia de la ciudad desde sus orígenes. Porque lo barato no siempre sale caro, venir a Zamora puede alegrar el corazón y el bolsillo.