Hace apenas un año comenzaba la andadura de Caeiro, un grupo integrado por cinco músicos zamoranos que conforman uno de los proyectos más difíciles de encasillar en un estilo de música dentro de la ciudad. Liderado por la voz y guitarra de Alberto Aliste, cuenta también con la flauta y el piano de Berta Bragado, el violín y la voz de Silvia Sevillano, la batería de Javier Martín y la guitarra de Sergio Portales.

Toman su nombre de Alberto Caeiro, uno de los heterónimos que utilizaba el escritor portugués Fernando Pessoa para sus obras, con el que se ponía en la piel de un pastor. "Para mí, simbolizaba los orígenes a los que quería seguir pegado en la música y era algo natural emplear ese nombre como homenaje", explica Alberto Aliste, "alma mater" del proyecto.

Él mismo cuenta cómo Caeiro nació de una serie de canciones que tenía guardadas y que presentó en Tardobispo hace un año. Allí conoció a Javier, el batería, y gracias a él se han ido sumando el resto de miembros que forman el grupo actual. Así, la voz cantante de Caeiro resalta que "la puerta siempre está abierta a nuevas colaboraciones" que se sumen al sonido especial que logra ya la formación, cuyos miembros proceden de ramas clásicas, del jazz y del rock.

El batería Javier Martín reseña cómo el grupo puede destacar por su el sonido que logra, por "cómo se imbrican los distintos instrumentos, desde una flauta a un violín" y también su repertorio, que llega a piezas del cancionero tradicional zamorano como Tío Babú o el bolero de Algodre. Dan como referencia el proyecto de Nacho Vegas "Lucas 15", donde el asturiano mezcla de temas propios y de música tradicional. "Normalmente las hemos oído en voz de personas mayores, y cantarlas nosotros ayuda a hacer familiar nuestro sonido", indican.

Ante la situación de la ciudad, el grupo reivindica la necesidad actual de que "la gente acuda a los conciertos, y, una vez que se vea movimiento, llegarán las infraestructuras". Además de mayor participación del público, reclaman un papel más activo en las instituciones. "En otras ciudades hay un apoyo a los músicos desde la base, pero aquí no apreciamos lo que tenemos", dicen, ya que, "por ejemplo, no se fomenta la creación de locales de ensayo en instalaciones vacías como la cárcel y se deja en manos de los propios grupos", se quejan.

Entre sus próximos proyectos, está la grabación de un videoclip en colaboración con el zamorano Miguel Rodríguez, a quien Caeiro prestará música para uno de sus cortos. Por el momento, el grupo quiere consolidar su sonido y no hay un proyecto sólido de grabación de una maqueta. "Antes tenemos que pulir nuestro sonido en conciertos e ir situándonos entre la gente", afirman.

Quien acuda a verlos será testigo de esta mezcla excepcional que, desde la fusión de modernidad y raíces, ofrece una nueva visión de la música.