El sacerdote zamorano Carmelo Martínez Gil se emociona con sólo preguntarle la situación de su compañero Miguel Pajares, el religioso español enfermo de ébola en Liberia. Natural de Villalba de la Lampreana, Carmelo expresa la "gran preocupación personal" que siente por el sacerdote enfermo, que ayer se planteó que fuera repatriado a España.

Carmelo y Miguel fueron grandes compañeros y amigos, gracias a que ambos pertenecen a la misma congregación religiosa, los Hermanos de San Juan de Dios. Su estrecha relación se forjó cuando vivieron juntos en la misma comunidad en los hospitales de Madrid y Palencia.

Hace años, el padre Pajares fue destinado a Liberia y sus caminos se separaron, pero la amistad permaneció. De hecho, hace algo más de un mes que Carmelo y Miguel se habían visto en Madrid, cuando éste último vino a España a realizarse unas pruebas médicas. Después, Pajares regresó a Liberia, a su puesto de superior del Hospital de San José en Monrovia.

Carmelo expresa la preocupación general de todos los miembros de la orden, sobre todo por el gran número de religiosos de esa misma congregación que se encuentran realizando sus funciones en los países africanos afectados por el ébola.

Tres religiosas compañeras del afectado ya han sido sometidas a las pruebas para diagnosticar la enfermedad, pero aún no se conocen los resultados.

Pese a ser una situación extremadamente grave, el hermano Carmelo se encuentra a la espera de buenas noticias sobre su amigo. Desea que las decisiones gubernamentales acerquen a Pajares a España "para que pueda estar cerca de nosotros", aunque las normativas de la Organización Mundial de la Salud indiquen expresamente la prohibición de que un enfermo salga del país, en cuarentena.

Enfermero jubilado de 71 años y residente en Burgos, Carmelo recuerda que su primer destino internacional dentro de la orden fue África, pero renunció a él para ir a hacer la misma labor a Cochabamba, en Bolivia. El sacerdote continúa muy activo dentro de la orden de los Hermanos de San Juan de Dios visitando a los enfermos en el hospital.

Desde ese mismo lugar expresa la preocupación de su hermano gemelo, el también sacerdote José Luis Martínez Gil, quien fuera durante 18 años enfermero personal del Papa Juan Pablo II y que actualmente reside en el Vaticano. Desde allí le escribió ayer un correo electrónico a su hermano para tener información de primera mano de la situación que vive Miguel Pajares en Liberia, al que también conoce personalmente. "Si el enfermo de EEUU ha salido, ¿por qué no podrían sacar a un español?", se pregunta Carmelo.

El religioso zamorano permanecerá, como todos los españoles a la espera de las decisiones internacionales, que tendrán la última palabra en el destino final de su gran amigo, Miguel Pajares.