Desde que el certificado de eficiencia energética es obligatorio para alquilar o vender una vivienda, medida que el Gobierno tomó hace ya más de un año, son ya miles los zamoranos que han solicitado los servicios de un profesional para contar con esta "etiqueta". De hecho, según los datos del registro de Certificados de Eficiencia Energética de Edificios, Ceren, solo en la capital ya son más de mil las viviendas y locales en venta o alquiler que han pasado esta inspección y, como norma general, el parque de viviendas zamorano suspende en eficiencia energética.

Las etiquetas clasifican los inmuebles de acuerdo a una serie de letras que indican su mayor o menor consumo energético. De esta manera los pisos mejor capacitados para ahorrar energía son clasificados con la letra "A" y los menos eficientes tienen que cargar con una "G". Pues bien, según los datos de la Junta de Castilla y León más del 80% de las viviendas que han pasado inspección tienen una calificación de "E" o inferior, es decir, "F" o "G". La primera de estas tres es la nota más repetida en el panorama inmobiliario zamorano con más de 610 viviendas catalogadas, más de la mitad del total. Le siguen la "D", algo por debajo de las 170 viviendas, y la "G", la más baja de todas, con 157.

El objetivo de esta clasificación, hasta hace unos meses desconocida para muchos propietarios de viviendas en el mercado, es que el comprador o inquilino tenga la máxima información posible para decidir si se instala o no en la vivienda o local. Pasado ya un año, y a la vista de las estadísticas, el resultado no invita precisamente al optimismo. La mayoría de las viviendas resultan energéticamente ineficientes.

Las notas más altas apenas son testimoniales, al menos en la capital. Con la categoría "A" apenas se puede encontrar un inmueble de los más de mil analizados durante estos últimos meses. Esta etiqueta solo se otorga a las viviendas o locales que tienen un consumo de energía inferior al 55% de la media para alcanzar el mismo nivel de confort, aunque también se tienen en cuenta cuestiones como el uso de energías renovables -placas solares en el tejado, por ejemplo-. La categoría "B", que habla de un consumo energético que está entre el 55 y el 75% de la media, ha sido concedida a solo seis viviendas zamoranas. La "C", última que se otorga a los inmuebles llamados eficientes y que atestigua consumos de energía de entre el 75 y el 90% de la media, ha sido otorgada a 44 inmuebles. Los porcentajes van subiendo hasta la "G", que indica que la vivienda en cuestión necesita consumos de energía que superan la media en más de un 25%.

Gasto en calefacción

Los propietarios deben esperar una media de entre siete y diez días para obtener el Certificado de Eficiencia Energética, tiempo que incluye la inscripción de los datos en el registro de la comunidad autónoma en cuestión. Según varias encuestas sobre el tema los propietarios de los inmuebles con obligación de pasar la inspección se quejan de las trabas burocráticas que ello supone. Además, en la mayoría de los casos los dueños de las viviendas o locales ni siquiera se plantean realizar cualquiera de las mejoras propuestas tras realizar las pruebas porque, en muchos casos, afecta directamente a la estructura del inmueble. Así las cosas, al menos por el momento, el certificado se ha convertido a los ojos de los propietarios en un trámite más a pasar antes de sacar la vivienda al mercado.

Los técnicos miden el gasto en calefacción o luz, entre otras cuestiones. El factor que más influye es el aislamiento de las paredes, aunque también hay que tener en cuenta el aislamiento de las ventanas, la distribución de la casa o su orientación.