"Manolito", como se dice que llamaban al mono de La Aldehuela, habría llegado del mismísimo Peñón de Gibraltar. Una mascota más de las que existen en la capital. Pero la situación se complicó para su dueño cuando el macaco decidió ampliar horizontes y explorar la zona verde de la margen izquierda del río hace poco más de un año, en mayo de 2013. Rompió su anonimato a lo grande: mantuvo durante varias jornadas en alerta a efectivos de la Policía Municipal y los bomberos de Zamora, que emprendieron su persecución sin ningún éxito. Hoy, oficialmente, continúa en paradero desconocido. Nadie le reclamó entonces y, dada su más que probable situación de ilegalidad al no estar registrado y, por tanto, controlado por los servicios públicos, nadie se ha atrevido a realizar la más mínima insinuación sobre cuál pudo ser su destino. Lo cierto es que, los rumores, apuntan a que su dueño residió en la capital y "Manolito", según fue creciendo, pasó de ser un mono encantador a un díscolo primate.