Actuaron al amparo de la madrugada, como es habitual entre los cazadores furtivos, en un intento fallido de pasar desapercibidos para abatir de un disparo a un venado, de unos tres años de edad, y obtener el trofeo, de nueve puntas. Ocurrió en el interior de la Reserva Regional de Caza "Sierra de la Culebra", en un sembrado, fuera de la campaña oficial, en octubre del año 2010. La perspicacia de los dos jóvenes no fue suficiente y sus planes se torcieron: una patrulla de la Guardia Civil, que les pasó desapercibida, de servicio en la localidad de Ferreras de Arriba, vigilaba la zona.

Ahora, ninguno de los dos condenados, cazadores habituales, podrá desarrollar este deporte durante 24 meses, además de tener que abonar cada uno de ellos una multa de 720 euros como autores de un delito contra la fauna por matar a un ciervo en un espacio natural de protección: La Sierra de la Culebra.

Los agentes sospecharon del ir y venir, pasadas las doce de la noche, de un vehículo, ocupado primero por dos individuos y después por otro más. Y es que los dos condenados se desplazaron hasta Sarracín para recoger a quien fue finalmente absuelto, al no existir pruebas de su participación en el abatimiento y posterior corte de la cabeza del animal.

Cuando los guardias procedieron a identificar a los tres hombres y a registrar el vehículo se encontraron con la cabeza del venado, "todavía caliente, en el maletero, junto con el hacha y el cuchillo, ambos ensangrentados", usados para seccionarla, de acuerdo con el escrito de acusación elaborado por la Fiscalía y que fue admitida por dos de los procesados, de iniciales M.C.C. y J.V.G., condenados por el Juzgado de lo Penal.

El tercer imputado, P.R.P., fue absuelto por falta de pruebas que le incriminaran en la muerte y corte de la cabeza del ciervo, cuyo trofeo, al ser de nueve puntas, uno de los más valorados, habría alcanzado un elevado precio en el mercado negro, donde se llegan a abonar entre 3.000 y 6.000 euros por trofeo, en función precisamente de las características de la cornamenta.

Los dos condenados se desplazaron hacia las doce de la noche al paraje denominado "El Real", entre los municipios de Ferreras de Arriba y Ferreras de Abajo, a la altura del kilómetro 38 de la carretera ZA-P-1407, ya en el interior de la Reserva Regional de Caza de La Culebra, para abatir de un disparo a un ciervo macho, "careciendo de toda autorización o permiso", de acuerdo con la acusación formulada por la Fiscalía, que exigía al Juzgado de lo Penal que prohibiera ejercer la actividad de la caza por un periodo de cinco años a cada uno de los acusados. La multa también era mucho más elevada, 2.700 euros para cada uno, si bien lograron alcanzar un acuerdo con la fiscal para ver reducidas sus condenas, tras admitir que cometieron el delito.

Durante la instrucción negaron haber matado al animal, que aseguraron haber encontrado cuando paseaban por la zona, después de volver de copas de Sarracín cuando iban a Litos. El Juzgado que investigó el delito encargó el examen del cuerpo del venado a un catedrático de Sanidad Animal y Anatomía Patológica de la Universidad de Veterinaria de León, quien concluyó que había sido abatido de un tiro y que la cabeza fue cortada con arma blanca.

La autorización de la Junta de Castilla y León para cazar, "hacerse sangre" sobre las especies, bajo precinto, en la Reserva no estaba en vigor la madrugada del 13 al 14 de octubre de 2010, cuando los dos imputados dispararon al ciervo, que abandonaron durante el tiempo necesario para trasladarse a Sarracín en un vehículo hacia las doce y media, con el objetivo de hacerse con utensilios que les permitieran seccionar la cabeza del animal.

Cuando regresaron, lo hicieron con un machete y un cuchillo para cortar la cabeza del ciervo, para obtener posteriormente el trofeo muy codiciado en el mercado negro, al ser de nueve puntas. Los furtivos abandonaron el cuerpo del venado en el paraje mencionado y dejaron el lugar en dirección a Sarracín. La patrulla de la Guardia Civil interceptó el vehículo y detuvo a los acusados hacia la una de la madrugada. Esta es una de las pocas condenas penales logradas para este tipo de delitos, que suelen resolverse con sanción administrativa.