El profesor Isaac Kerem, que ayer habló de genealogía judía en Zamora, explica los fines de la Fundación para la Diversidad Judía que preside.

-¿Qué es la Fundación para la Diversidad Judía y cuáles son sus objetivos?

-Los fines consisten en establecer un museo de judíos sefardíes y del Este, recuperar los 15 idiomas que no son ashkenazi (aquellos que no son sefardíes) como el judeo español o el judeo italiano, cada uno con sus dialectos.

-¿En qué países se ha mantenido el judeo español?

-Se habla un poco en Turquía, Grecia, Israel, Estados Unidos, Argentina o en México... Pero solo las personas más mayores.

-¿Cómo realizan esta labor?

-No se trata solo de recuperar la lengua, sino también las culturas. Los sefardíes son una minoría y su cultura junto a otras son desconocidas y carecen de legitimación. Por otro lado, hay una serie de culturas que en Israel son reconocidas como sefardíes aunque no tengan un origen español. Queremos recuperar su influjo en el teatro, el baile, la música, la poesía religiosa, lingüística o la cultura rabínica.

-¿Cómo trabaja su Fundación?

-En Israel la Fundación cuenta con 200 colaboradores y en Estados Unidos, varias decenas de personas son patrocinadores. En mi caso particular, he puesto 300.000 dólares en este proyecto. No soy rico en absoluto, pero sí una persona seria que llegó a ser alcalde de su localidad. Me considero parte de la tercera generación de los judíos que hacen cosas. La negativa no es una respuesta para nosotros.

-¿Por qué ha venido a Zamora?

-He venido a conocer un nuevo lugar donde estudiar las novedades de la cultura judía. También soy miembro de Casa Shalom y he organizado con Gloria Mound actividades en Mallorca o en Ibiza. Pero reconozco que no se puede conocer España en un par de visitas. Es muy diferente a Grecia, país del que soy experto.

-¿Cree que hay cierta discriminación con los sefardíes?

-Los museos sobre el Holocausto no incluyen a los sefardíes ni a los hablantes de judeo español. La mitad de las personas que se rebelaron en Auschwitz fueron sefardíes, pero solo se reconoce a los ashkenazi. España se preocupa de los sefardíes como herencia española, pero no de los que estuvieron en el resto de países.

-¿Qué conclusiones ha ofrecido en su conferencia?

-He hablado de la genealogía judía en Zamora y de la repercusión que luego tuvo en la diáspora. Cabe destacar que los hombres judíos zamoranos adoptaban a menudo nombres bíblicos, no así los apellidos. En las mujeres, no se aprecian este tipo de identidades. Asimismo, los nombres de los zamoranos tuvieron una continuidad en los Balcanes, donde emigraron. Además, Zamora fue un lugar fundamental en el estudio rabínico en una época de declive.

-¿Qué ocurrió con estos nombres?

-La identidad judía cambió con la conversión al catolicismo. Los nombres fueron modificados, pero su base permaneció. Por otro lado, hay que aclarar que la convivencia entre judíos y cristianos fue lo habitual en Zamora, lo que desmiente que hubiera habido cualquier tipo de levantamiento de los hebreos.