Conscientes de que «los tiempos cambian», la Cofradía de Caballeros Cubicularios ha trabajado en los últimos años para «ser útil» a la sociedad y «no quedarnos solo en el boato». Así es como se justifica la creación de una obra social en la que la hermandad, una de las más antiguas de Europa, está volcada.

Todo para revertir la imagen una imagen de la cofradía «ligada a la nobleza y al boato» que «ha costado mucho cambiar». «No vamos a renunciar a nuestra historia ni a los reyes que han sido caballeros, pero los tiempos cambian y debemos servir para algo», explica Francisco Javier García Faria, presidente de la cofradía. «Nuestro recorrido arranca en 1260 cuando se descubren los restos de San Ildefonso en nuestra iglesia. Somos una de las corporaciones más antiguas y debemos seguir trabajando», añade.