El sacerdote Benito Peláez Velasco, párroco emérito de San Ildefonso, murió ayer en Zamora, de manera repentina, a los 85 años de edad y 61 de sacerdocio, según han confirmado fuentes del Obispado.

Nació en Zamora en octubre de 1928 y realizó estudios de Filosofía en Zamora y de Teología en Salamanca, licenciándose en Teología en 1952. Una vez ordenado, el 6 de julio de ese año, fue nombrado prefecto de disciplina del Seminario Mayor, pasando en 1955 a ser director espiritual y profesor de Ascética y Mística.

En 1967 dejó el Seminario y fue nombrado vicario pastoral, además de atender como capellán a las Siervas de María. Cesó como vicario en 1970 y pasó a ser delegado diocesano para los asuntos pastorales para al año siguiente ocupar el cargo de vicario episcopal de pastoral. En 1972 llegó a la parroquia de San José Obrero como cura ecónomo, pasando a ser párroco de la misma en 1986, labor que compatibilizó con otras funciones diocesanas al ser nombrado vicario general en 1977. También fue miembro del Colegio de Consultores y del Consejo Diocesano de Asuntos Económicos desde 1984.

Dejó de ser vicario general en 1992 y continuó en San José Obrero hasta 1995, cuando fue nombrado párroco de San Pedro y San Ildefonso, ministerio que desempeñó hasta el pasado mes de septiembre de 2013. También fue, entre 1993 y 2013, consiliario de los Centros de Cultura Popular y Desarrollo de Adultos. Además, entre 1997 y 2007 fue delegado diocesano de Religiosas de Clausura para los monasterios de Zamora ciudad.

Otra faceta de su ministerio sacerdotal tuvo alcance regional, ya que siendo vicario pastoral fue director de la Secretaría Pastoral de la Región del Duero, en el año 1972, y coordinador e impulsor de los Encuentros de Arciprestes y Delegados de zona. Dichos encuentros anuales se siguen celebrando cada año en Villagarcía de Campos y congregan a obispos, vicarios y arciprestes de la Región del Duero. En abril de 1981 fue nombrado secretario de la Conferencia Episcopal de la Región del Duero.

Tras su jubilación como párroco emérito de San Ildefonso pasó a residir a la Casa Sacerdotal San José, donde falleció. También se incorporó durante estos meses, como confesor, a la parroquia de San Torcuato.

Benito Peláez participó hace unas semanas en la eucaristía de acción de gracias por el 50 aniversario de la parroquia de San José Obrero, dado que estuvo 23 años vinculado a este templo, y más recientemente acudió al funeral del sacerdote Gregorio Gallego.

La noticia del fallecimiento sorprendió a los zamoranos que lo conocieron. «Don Benito era una buena persona y un buen sacerdote», indica un hombre que recibió de él la Primera Comunión. «Siempre que podía te ayudaba, era muy generoso», comenta una feligresa.

La capilla ardiente está instalada en el velatorio de La Soledad y el funeral tendrá lugar hoy a las 16.00 horas en la parroquia de San Ildefonso.