El Ministerio de Educación ha reconocido al Centro Rural de Innovación Educativa (CRIE) de Zamora dentro de los Premios Nacionales a la Gestión Medioambiental y Sostenibilidad, como primero de la categoría, que comparte con un instituto de Alicante.

El proyecto «Salud sostenible: del cuidado individual al cuidado del planeta» es el que ha llamado la atención de los responsables del Ministerio, que visitaron el centro zamorano para presenciar el desarrollo del programa educativo.

De hecho, la parte que ha merecido mayor atención por parte de la administración ha sido el módulo relacionado con las nuevas fuentes de energía, que se desarrolló en el CRIE durante el pasado curso, aunque el proyecto general es el que el centro ha desarrollado durante los dos últimos años.

Un apoyo y «un impulso muy importante para seguir adelante» es lo que han sentido los responsables al recibir la noticia, que además de un premio 10.000 euros supone «una palmadita en la espalda que nos dice que lo estamos haciendo bien», se pronuncian el director del CRIE, Antonio Sánchez, y la coordinadora del proyecto, Pilar L. Nogales.

Se trata de una semana de actividades engarzadas entre sí en las que los alumnos aprenden, desde la convivencia y la higiene personal, hasta formación más técnica, como el comportamiento de los protones y los electrones, o la realización de prototipos que se mueven con energías alternativas a los hidrocarburos. «Gran parte del éxito del programa es que los niños pueden tocar y ver por sí mismos lo que en clase dan como teoría. Somos un refuerzo a la materia que se da en los colegios, como una golosina, pero saludable y energética», bromean los responsables.

Que las enseñanzas que los alumnos reciben durante su estancia en el centro se queden tras el paso por las instalaciones, es el principal objetivo de las personas que trabajan en el proyecto. «Por las informaciones que nos llegan y por cómo vemos implicarse a los alumnos cuando están aquí podemos constatar que sí se llevan a casa los conocimientos, además de una estancia que no se les olvida fácilmente», subrayan los profesores.

Todo adulto hubiera querido que la electricidad o la energía hubiera llegado a sus vidas de una manera tan atractiva, que hace que los más pequeños tomen interés por unas materias que en los colegios no son de las más queridas.

Más de 1.200 alumnos de toda la provincia han pasado a lo largo de los dos últimos años por el CRIE, que durante el presente curso se ha convertido en una abadía de la Edad Media. Por el trabajo y la ilusión que hay detrás, este no será el último premio.