La labor de los veterinarios taurinos en la provincia de Zamora va más encaminada, según detalla Victorio Lobo, a los espectáculos populares que se celebran durante las fiestas de muchos pueblos. Lobo destaca que la labor de estos profesionales en este tipo de festejos va desde comprobar que el toro está efectivamente despuntado (con su certificado correspondiente), que no están cojos ni tienen ningún problema físico y que «los animales que están en el pueblo son efectivamente los que tienen que estar», algo que se comprueba con la documentación de la res.

Una vez comprobado todo esto «se levantan una serie de actas que tienen que firmar el representante de la autoridad y los responsables del festejo» y el veterinario permanece ahí mientras termina el espectáculo, según detalla Lobo.

La labor llevada a cabo en las plazas de toros es bien distinta pues comienza cuando desembarcan los toros y finaliza cuando muere el último animal. «Hay que pesar a los toros y ver que cumplen las características requeridas, además de comprobar que la carne es apta para el consumo humano», dice el presidente de los veterinarios.