Las obras de la autovía están teniendo un efecto positivo en la economía de los pueblos, ya que gente de la zona está encontrando trabajo, se subcontratan tareas con empresas de Zamora, Benavente y pueblos intermedios, los hoteles están llenos, el alquiler de viviendas está en su punto álgido y en general la vida que proporcionan los trabajadores se está dejando notar. Además, según indicaron tanto el alcalde de Benavente, Saturnino Mañanes, como la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, la construcción de la autovía se espera que tenga efectos positivos, también para los flujos de tráfico. Los alcaldes de los municipios rurales no ponen peros a las obras, que discurren por un trazado lógico, no demasiado alejado de la actual carretera N-630. Eso sí, piden que se respeten los caminos y se repongan las infraestructuras rurales afectadas tanto por el trazado de la autovía como por el paso de camiones y maquinaria pesada, que pueden estropearlos. De hecho, el secretario de Estado se comprometió a dejar los caminos en buenas condiciones, como prevé por otra parte, el proyecto. Mañanes, como Valdeón, se felicitó por el comienzo de las obras, pese a que lleguen «con diez años de retraso», y el ritmo que están adquiriendo. «Los caminos los deben dejar como están. Y no pueden con la autovía cortar servicios porque son pueblos de agricultores y ganaderos y los necesitan en su día a día», coincidían en señalar los alcaldes de Castrogonzalo, Francisco Fernández, de Manganeses y Riego, Juan Carlos Bueno y de Granja, Juan Carro.