Los 45 niños saharauis, participantes en el programa «Vacaciones en paz», vuelven el sábado a sus lugares de origen, tras pasar dos meses en la provincia de Zamora. Inés Prieto, presidenta de la Asociación Zamora con el Sáhara, recuerda la importancia de apoyar este tipo de actividades «por lo que le debemos al pueblo saharaui».

-Los niños vuelven al Sáhara el sábado. ¿Cómo han sido sus dos meses en Zamora?

-Ha sido un verano muy tranquilo y normal. Tanto ellos como las familias se han adaptando enseguida. Hemos hecho las actividades habituales, como una marcha con ellos, el pasado 3 de agosto. También hemos realizado un curso de educación vial con la Policía Municipal, porque es muy importante explicar a estos niños las normas de seguridad vial, poner en su conocimiento el funcionamiento de semáforos y pasos de peatón, ya que en sus lugares de origen apenas ven algunos coches. Además, teniendo en cuenta que las familias españolas acostumbran a pasar unos días en piscinas o playas, hemos realizado otro curso de natación en la Piscina Municipal, con el Club de Natación de Zamora.

-¿Con qué sensación regresan estos pequeños a sus casas?

-Pues hay sentimientos cruzados. Por una parte les apena separarse de sus familias españolas, pero por otro, están deseando volver a ver a las suyas en el Sáhara. Estos niños tienen un sentido de la familia tremendamente fuerte, es lo más importante para ellos y echan mucho de menos a sus familias, aunque estar con ellos signifique vivir en un campamento de refugiados. Todo lo que les falta en el plano material lo compensan con el afectivo.

-Hay muchos participantes nuevos este año. ¿Cómo es el impacto para ellos?

-Todo les sorprende. Estos pequeños expresan mucho con sus caras y lo primero que ves cuando se bajan del autobús es que llevan los ojos muy abiertos, intentando no perderse nada. Los cambios con respecto a su campamento también les llama mucho la atención. Poder abrir un grifo y que salga agua o dar un interruptor y que se encienda una bombilla es muy llamativo para ellos al principio. Aunque luego se adaptan perfectamente a su casa española, porque han oído hablar mucho de España a sus primos, amigos o hermanos que han participando antes en el programa.

-Zamora se mantiene al nivel de años anteriores en participación, siendo la provincia que mayor número de niños acoge en toda Castilla y León. ¿Por qué cree que es esto? ¿Por qué ha descendido tanto en otras zonas?

-Es porque Zamora es solidaria con el pueblo saharaui. En esta provincia entendemos la deuda histórica que España tiene con el Sáhara cuando en 1974 los abandonamos ante Marruecos. También debemos tener en cuenta que la manera de organizarnos en la Asociación ha permitido resistir la crisis económica y la supresión de apoyos por parte de las instituciones públicas. La Asociación Zamora con el Sáhara costea los billetes de avión de estos niños por sus propios medios, aunque cuente con la ayuda del Ayuntamiento. Pero otras, solo podían pagar los billetes de los niños a través de las subvenciones que recibían, que ahora están desapareciendo.

-Ya hace 17 años que comenzó el programa «Vacaciones en paz». ¿Qué se busca con esta actividad?

-Principalmente que los niños puedan tener revisiones médicas y puedan ver cómo es un verano fuera de un campo de refugiados, donde viven continuamente el paso del ejercito que los están defendiendo.

-¿Qué les diría a las familias de Zamora para que se animaran a participar en el programa?

-Lo primero que es una experiencia única. Se tiene la oportunidad de convivir con unos niños que tienen unos valores completamente diferentes a los nuestros y de los que se puede aprender mucho. Las familias cuentan que intentan darles todas las necesidades materiales que necesitan y que se lleven todo lo que puedan, pero al final acaban viendo como estos pequeños valoran mucho más cuando pueden vivir encuentros familiares y momentos de cariño. Lo material les da igual porque no lo tienen normalmente, pero tienen una mentalidad de aprecio a la familia admirable y a tener muy en cuenta.

-Hasta 44 familias zamoranas forman parte este año en la actividad. ¿Qué se les exige para poder participar?

-Obligatoriamente ser miembro de la Asociación, pagando una cuota anual de 50 euros y vendiendo un talonario de lotería en Navidad. De manera voluntaria, las familias socias también pueden colaborar en las diferentes actividades que hacemos durante el año.

-¿Cómo se prepara se les para la llegada de estos niños?

-Se les hace una valoración psicológica previa para saber si son aptos para cuidar de un menor. Después se realizan reuniones para guiarlos y aconsejarlos, muchas veces con familias veteranas, donde se les habla de todo lo que puede pasar o pueden necesitar los niños durante la estancia.