El uso y la implantación de las nueva tecnologías en el mundo del folclore es la meta que Mario Martínez Roncero, multiinstrumentista Zamorano de 25 años, persigue desde que comenzó a dar clase para el Consorcio de Fomento Musical de la provincia. Tradición y modernidad unidos con un mismo fin para luchar por una pasión que comparte con sus hermanos desde que tenía tres años.

-¿Qué es el folclore?

-El folclore, etimológicamente, es el saber del pueblo, lo actual de cada momento en una comunidad. Son las tradiciones y costumbres de un lugar, intrínsecas a la sociedad y a una forma particular de entender la vida. Aunque normalmente lo hemos asociado a la fiesta, el trabajo, un funeral o la forma tradicional de cocinar pan en casa también son muestras populares de folclore. Tiene que tener tres características básicas: que sea empírico y demostrable por la experiencia, funcional y de transmisión oral.

-¿Existe el folclore en la actualidad?

-Actualmente lo que entendemos por folclore es la imitación de lo que existía en un momento y un lugar determinados, algo así como interpretar una fotografía. A día de hoy, lo que más se acercaría a una muestra del folclore sería una pelea de gallos entre raperos, en la que cada contendiente improvisa y cuenta su vida, reflejando las costumbres del siglo XXI.

-¿Es más difícil la generación de folclore hoy en día?

-Sí, en cierto modo, porque se ha perdido el sentimiento de comunidad. Antes era la muestra de determinados patrones culturales aislados en distintas regiones que ya no existen por la globalización. Por eso hoy en día es difícil hablar de folclore. Se puede dejar que la gente haga lo que quiera pero se pierde la identidad de lo que antes se hacía en cada zona, por eso lo más correcto es representar lo que se hacía antes.

-¿Entonces el modelo adecuado son las representaciones de lo antiguo?

-Esa es la gran cuestión. ¿Nos limitamos a representar lo que en su época se hizo o reinterpretamos lo tradicional? Lo ideal sería la refolclorización, es decir, el uso de aspectos tradicionales adaptados a los estilos actuales conservando su esencia. Por ejemplo, tocar una jota con instrumentos modernos pero que se siga identificando. Es como adaptar las costumbres rurales al medio urbano. También es lo más complicado.

-¿Por qué?

-Porque limita el proceso de creación para conseguir hacerlo fidedigno. Pero claro, tampoco hay que imitarlo si ya existe una grabación original. Por eso es difícil encontrar el equilibro entre no imitar pero tampoco desvirtuar su esencia. La clave está en darle el sentido y el toque personal de cada uno sin dejar de contextualizarlo.

-¿Qué papel juegan las escuelas?

-Realizan la difusión de estas prácticas, tanto de la música como del baile, para acercar la cultura tradicional a todo el mundo. Su labor es muy útil porque sintetizan músicas y bailes de distintas regiones en una comarca determinada de la provincia.

-¿Cuál es la situación del folclore en Zamora?

-El folclore está de moda. Lo positivo es que se han llevado las costumbres a la gente y todo el mundo lo conoce. Cualquiera en la provincia sabe lo que es una dulzaina o un tamboril. Lo negativo es que corremos el riesgo de que se diluya y pierda parte de su esencia, porque muchas veces las modas se deforman y caducan. Por eso es muy interesante utilizar las nuevas tecnologías en su difusión.

-Usted es profesor. ¿Cómo utiliza esos avances en sus clases?

-Internet es la herramienta del pueblo. Cualquiera puede acceder desde cualquier parte del mundo. Hay una clara ventaja en esto y es la posibilidad de recurrir a las grabaciones originales para contextualizar con el mayor rigor posible. Antes, con la transmisión oral, tenías que decir que algo era de tal forma porque solo tú lo habías escuchado. Ahora puedo enviar a mis alumnos un correo electrónico con la grabación original para que vean la esencia de cómo se recogió en su momento. En este ámbito hay comunidades muy activas como la página de Facebook «Tablón Folk». Antaño el folclore servía para hacer sociedad dentro de la plaza del pueblo y ahora para hacer sociedad dentro de un entorno virtual.

-¿Qué diferencia su metodología de la de otros profesores?

-Hemos llegado a unos extremos en los que enseñamos el arte por el arte. Yo siempre busco la contextualización de lo que enseño, poner al alumno en antecedentes, hacer uso de la función empírica y explicar para qué servía cada canción o cada baile, porque es algo que se ha perdido. Nos hemos dedicado a ofrecer al público canciones bonitas, las hemos adornado y modificado y se han perdido otras muchas, menos agradables, pero que tenían su función, canciones que también tenían un valor y que aunque pudieran ser como un filete sin sal, al menos eran carne auténtica.

-¿Qué otras aplicaciones modernas pone en práctica?

-Hay una muy simple que utilizo con los alumnos de percusión y que ha causado especial interés. Desde mi teléfono móvil genero una emisora desde la que emito una determinada canción y consigo, en tiempo real, que cada alumno escuche en sus auriculares la grabación original y realicen el acompañamiento de percusión al unísono. También almaceno en discos duros virtuales las explicaciones de clase para que los alumnos puedan volver sobre ellas. En mi canal de YouTube, donde cuento con más de 50.000 visitas, he subido vídeos con ritmos de percusión que han servido a músicos de gaita o dulzaina para tocar sin necesidad de que nadie les acompañe con una caja.

-En Zamora surgen muchas agrupaciones musicales jóvenes. ¿Qué papel tiene la enseñanza en su formación?

-La labor de un profesor es dar los patrones básicos para que los alumnos desarrollen su toque personal. Nosotros no deberíamos de ir más allá. Formar un grupo es como el proyecto fin de carrera de la educación musical y solo está en sus manos.

Zamora, 1988

Nace el mismo año que el Consorcio de Fomento Musical en el que lleva dando clase desde los 16. Integrante de dos grupos musicales, «La nota» y «Blazz&Jues», tres danzas de palos y cuatro grupos de baile, este joven profesor y artista zamorano domina casi todos los instrumentos modernos y tradicionales. Además de su formación musical ha cursado dos grados superiores de finanzas y actualmente compagina su actividad en la difusión del folclore con la gestión de servicios integrales para empresas.