Tras una larga temporada sin exponer, centrado más en nuevas experiencias profesionales y la programación del espacio artístico Sala de Cura, Arturo Ledesma regresa a la galería de arte de Ángel Almeida Espacio 36 para presentar su colección «Vacivus». Un vacío con cuadros en blanco y negro que conjugan con proyecciones propias.

-¿Qué quiere transmitir con esta nueva exposición con cuadros tan simples para el espectador a primera vista?

-La colección se titula «Vacivus» y se trata en cierto sentido de separar la parte de experiencia estética de la del contenido informativo. De esta manera, lo que queda en la galería son prácticamente cosas planas, solo con colores blancos y negros. En principio, cada uno de ellos lleva una referencia de un vídeo, que finalmente no forma parte de la exposición, pero que mencionaría al contenido informativo de la pieza. En la galería tan solo queda una instalación como ejemplo del resultado que daría todo el proceso.

-¿Sorprende al visitante una muestra con colores tan neutros?

-No intento transmitir nada especial con estas creaciones, son solo objetos más o menos estéticos dispuestos en una exposición, como puede ser cualquier otro tipo de pintura. De hecho, las obras ni siquiera tienen títulos, solo la instalación es la que permite dar las formas, los volúmenes y las sombras a esos lienzos. En realidad, el sentido conceptual está más en los vídeos actuando sobre los cuadros.

-También son sencillos los materiales utilizados para estas obras.

-Sí, he trabajado con madera, tela y pintura industrial, todas herramientas muy simples.

-¿Qué aportan los vídeos proyectados sobre ellas?

-Es la parte que faltaría a la pieza en esta muestra. El lienzo es como una tumba, una lápida, con una clara referencia a lo físico, a la muerte, mientras que el contenido de la obra en sí está en el propio vídeo.

-¿La muerte le sigue inspirando en sus creaciones?

-Sí, aunque la verdad es que en este caso esa inspiración queda escondida detrás del objeto. Pero si el espectador se empeña en buscar, seguro que se encuentra algo.

-¿Qué es lo que más le atrae de esa temática tan oscura?

-Puede que solamente sea vicio (risas), pero la verdad es que simplemente me parece muy interesante. Se trata de un tema universal y atractivo que tiene implícitas muchas otras cosas en torno a los rituales y otros temas que me puedan interesar. Pero también es cierto que algunas piezas tienen otro tipo de contenidos en los vídeos que las acompañan, por ejemplo temas políticos.

-¿Por qué ha tardado tanto tiempo en volver a exponer?

-En la actualidad estoy más metido trabajando con otra gente y en otros terrenos, como escenografía, sonidos o proyectos de performance.

-Se le conoce por su temática oscura, pero también está abierto a proyectos totalmente diferentes, como su colaboración en una obra para niños con el grupo zamorano Baychimo Teatro.

-Me ofrecieron en proyecto de «Pinxit» para trabajar con bebés temas de vídeos y sonidos y la experiencia ha sido muy buena. Está funcionado y es muy entretenido.

-¿Son unos espectadores receptivos?

-Sí, no todo tiene por qué ser tan oscuro, aunque no sé si el objetivo pasa por que aprendan a ser espectadores de arte desde pequeños, no creo que haya una finalidad educativa. Más bien se trata de que ellos tengan una experiencia con el vídeo, el color y los sentidos. Con este proyecto se ve claramente cómo los bebés se relacionan entre ellos, con el color como protagonista.

-¿Es una manera original de acercarles el arte?

-Hay muchos sitios en los que hacen cosas para bebés y primera infancia, pero simplemente se trata de una historia de relación, no de educación, aunque habría también que preguntarle a los padres. Hay momentos muy agradables cuando ves a los niños interesarse por lo que están viendo, buscando la relación entre lo que estás haciendo tú en la mesa y lo que sucede en la pantalla con sus manos.

-Experiencias nuevas de arte también se pueden ver en la Sala de Cura, un espacio que dirige desde hace años

-Esos nuevos proyectos artísticos que se exhiben en la sala están ahí, aunque a lo mejor no lo tengamos tan cerca. Pero sí hay movimiento en este sentido en Castilla y León. Puede que no lleve muy lejos, pero por lo menos aquí tenemos la alternativa de poder verlo.