El concurso de acreedores voluntario presentado por la empresa zamorana Tuconsa para intentar sacar a flote la constructora ha ralentizado las obras de rehabilitación en las viviendas de Ramiro Ledesma y Martín Álvarez, en el barrio de Los Bloques. No obstante, los trabajos continúan, ya que la intención de la adjudicataria es «salir de este bache y llegar hasta el final», confía Gonzalo Julián, gerente de la firma, después de cinco meses plantándole cara a «esta situación económica tan difícil y completamente nueva para mí», confiesa.

A pesar de todo, las obras del denominado ARI de Los Bloques han permitido ya sustituir la cubierta de varios portales, empezar las estructuras para los ascensores y comenzar la instalación de algunos de ellos. Además, en los portales que ya cuentan con nueva cubierta los operarios han implantado la nueva fachada y la correspondiente impermeabilización que contempla el edificio. De hecho, la Junta de Gobierno Local celebrada el pasado martes como cada semana tomó conocimiento del subcontrato de estos trabajos contraídos por Tuconsa con la mercantil Pavimentos y Aislamientos.

La empresa se compromete a mantener la integración de vecinos del barrio en situación de desempleo dentro de los equipos de trabajo, tal y como refleja el contrato adjudicado, una vez que avancen más las obras.

A pesar de las dificultades de la empresa reconocidas expresamente por su gerente, «siempre hemos tenido claro que queremos mantener esta obra», admite Gonzalo Julián. El responsable reconoce «el respaldo que he recibido tanto por parte del Ayuntamiento como por los propios vecinos, subcontratistas y proveedores». En este sentido, la empresa permanece a la espera de que tomen posesión los administradores nombrados por el juzgado «para seguir adelante, aunque sabemos que es muy difícil, pero hay empresas que salen de esto y nosotros queremos ser una de ellas». A partir de ese momento, «potenciaremos las obras hasta llegar a ritmos muy superiores, tal y como teníamos previsto», avanza.

La principal dificultad de Tuconsa ha estado relacionada con la actitud de las dos entidades bancarias con las que la empresa zamorana mantiene el 50% de su deuda, fruto de las fusiones, absorciones e intervenciones de bancos. Una de ellas fue el Sareb -el conocido comúnmente como banco malo-, que ni siquiera llegó a designar un interlocutor directo. La otra, un banco nacional que Gonzalo Julián prefiere mantener en el anonimato, que planteó unas condiciones tan difíciles de cumplir que el propio gerente duda de su voluntad real de llegar a un acuerdo. Las seis entidades restantes no han puesto ningún obstáculo a esa refinanciación de las deudas. Las conversaciones con los acreedores financieros se iniciaron hace ya cinco meses, cuando se anunció el preconcurso, con la esperanza de llegar a una pronta solución. Sin embargo, la Ley es muy clara al respecto en cuanto a los plazos determinados y una vez que una empresa entra en preconcurso, «o sales con acuerdo o sales con un concurso aunque luego lo levantes», esta última, aspiración del gerente de la firma zamorana.