La patronal de las empresas de transporte de viajeros por carretera no ve con buenos ojos la idea de instalar cinturones en los autobuses que no los tengan, medida solicitada por diferentes colectivos a raíz del fatal accidente ocurrido en Ávila esta semana. Andrés Tamame, presidente del colectivo, estima que «es un gran desembolso tal y como está el sector», con una caída de facturación acusada durante los últimos años. Tamame afirma que sucesos como el acontecido en Ávila, que acabaron con la vida de nueve personas, obedecen a «razones puntuales» y no a que «los coches no cuenten con las medidas de protección adecuadas, porque de hecho las tienen».

Tamame explica que instalar un cinturón en un autobús antiguo «conlleva un alto coste» porque «hay que desmontar la butaca, anclarlo bien y que esté homologado». Es, indica el presidente de la patronal del sector, «un coste muy elevado». Andrés Tamame también argumenta que debería haber un cambio en el modo de actuar de los viajeros porque «en muchos autobuses con los cinturones ya instalados de fábrica la gente no se los pone». Aunque los vehículos cuentan con carteles en los que se indica la obligatoriedad de usar las medidas de protección al alcance «mucha gente no lo hace» y el conductor «no puede estar atento todo el tiempo. Podemos pasarnos antes de iniciar el viaje, pero luego, si la gente, como los jóvenes que se suelen poner detrás, se los quieren quitar, no podemos estar ahí todo el rato». Además, según indica Tamame, las autoridades «no suelen poner multas aunque podrían hacerlo. Como norma general, avisan a los viajeros, pero nada más».

Sobre la antigüedad de la flota de autobuses con la que cuentan los profesionales del sector en la provincia, más de mil según el presidente de la patronal del sector, es «bastante nueva». Tamame indica que la ley obliga a que los autobuses que se dedican al transporte escolar, una de las mayores fuentes de ingresos del sector en la provincia, tengan un máximo de 16 años, lo que sitúa la media de antigüedad de la flota en Zamora en «seis o siete años».

Con respecto a la situación general del sector Tamame indica que el número de viajeros en las líneas de autobuses gestionadas por empresas de Zamora ha caído en torno a un 40% mientras que los coches usados para excursiones o viajes cuentan con un 20% menos de clientes desde que comenzó la crisis económica. Las líneas regulares que unen los pueblos de la provincia y la capital, indica el presidente de la patronal del sector, «prácticamente no cuentan con ningún viajero porque los pueblos están vacíos». Por ejemplo de Zamora a Fermoselle, servicio que presta la empresa de Andrés Tamame, «antes llenábamos un autobús de cincuenta plazas y ahora, si hiciéramos el servicio con un coche de 25 plazas todavía nos sobrarían asientos porque casi no va nadie».