Que el arte es también cosa de niños se puede comprobar hasta el próximo día 15 en el espacio Chachi & Chachi con la exposición «1001 mandalas», una muestra que recoge los cuadros de 26 niños con edades comprendidas entre los tres y los doce años.

Todos ellos son alumnos del estudio de arte de Rocío Caramazana, a quien se le ocurrió la idea de que sus pupilos más pequeños también participaran en un proyecto que les implicara en la realización de una exposición al final del curso, tal y como ya hacen desde hace años los alumnos mayores. «Se trata de obras muy espirituales, que mantienen la esencia de los mandalas, con un ritmo fácilmente reconocible que se visualiza en series». Para ello, los niños están especialmente dotados «porque suelen situarse delante del papel sin pensar lo que van a dibujar, ellos pintan sin saber muy bien cómo hacerlo, simplemente va surgiendo. Con el paso de los años, esa espontaneidad se pierde», reconoce su profesora.

El trabajo de la exposición comenzó hace meses, cuando cada niño hizo su propio libro de artista, donde fueron plasmando sus ideas para la creación de los futuros mandalas que se verían durante estas dos semanas en sus propios cuadros. «El mandala deja que sea el subconsciente el que actúe, partiendo de una simple línea. De ella surgen las imágenes y las ideas», explica Caramazana. Unas imágenes que los niños además se han afanado en llenarlas de vivos colores, una característica que se muestra en todas las obras. «Solo son trazos y expresión, pero el color para ellos también es muy importante», añade.

La muestra de «1001 mandalas» podrá visitarse en el espacio Chachi & Chachi hasta el próximo 15 de julio en horario de lunes a viernes de 12.00 a 14.00 horas por la mañana y de 18.30 a 20.30 horas por la tarde.