Conciliar el verano es la clave. Qué hacer o a quién dejar a los niños una vez se acaban las clases de los más pequeños, es la tesitura de los padres todos los veranos.

De ahí se entiende el éxito que están teniendo los campamenos urbanos organizados por los Centros de Acción Social del Ayuntamiento de Zamora. En tan solo dos días, desde que se hicera pública la convocatoria, casi cien niños han cubierto todas las plazas de esta alternativa de ocio que plantea el CEAS.

La técnica de Animación Comunitaria del Ayuntamiento de Zamora, Rosalía Esteban explica que ahora mismo tienen «doce niños en reserva», y que, tal son las ganas de participar que «estos primeros días nos falló un niño, llamamos al primer reserva de la lista y al día siguiente ya estaba aquí y sin dormir por la emoción de poder participar».

La crisis y la dificultad de conciliar la vida laboral de los padres parecen ser las causas fundamentales de esta gran demanda de plazas. «Este campamento tiene la ventaja de que mantiene ocupados a los críos toda la mañana de manera gratuita», afirma Rosalía Esteban.

Los primeros en participar en los campamentos están siendo los niños de Pinilla. Hasta treinta niños, entre 2 a 12 años, están ya realizando talleres y excursiones por la capital.

Para los pequeños de este barrio la diversión y el aprendizaje lúdico durará hasta el 12 de julio. Después, los campamentos urbanos se trasladarán a las zonas de Los Bloques, Pantoja y Candelaria, entre otros, desde el 1 hasta el 16 de agosto.

El punto final a un verano de diversión urbana tendrá lugar en San José y San Lázaro del 19 al 30 de agosto.

El objetivo de estos campamentos es, principalmente, cubrir las necesidades de ocio de los más pequeños una vez que estos han acabado las clases, pero dentro de un entorno educativo y saludable.

Estos campamentos, según Rosalía Esteban, «son muy necesarios, los críos se aburren, se cansan de estar en casa o están todo el día pegados a la televisión y los videojuegos».

Las actividades comienzan a las diez de la mañana y finalizan a las dos de la tarde. En ellas, se trata de fomentar valores como la solidaridad, la cooperación entre los niños, y también el respeto al medioambiente y al entorno que les rodea. Esteban reconoce que «a los niños les cuesta un poco trabajar en equipo en ciertos temas, por eso aquí haremos mucho hincapié en ese tema».

Durante las horas en las que el sol más aprieta, los niños permanecen dentro del aula, realizando talleres con objetos reciclados, concursos de dibujo por grupos o talleres de máscaras. El resto del día, tienen lugar actividades al aire libre, que incluyen visitas a la piscina, a la biblioteca, rutas de piragüismo y juegos con agua. Estas parecen ser las favoritas de los niños porque, según ellos mismos cuentan, «son las más divertidas y con las que viven más experiencias nuevas».

Para la selección de los monitores, encargados de trabajar con los niños, se ha tenido muy en cuenta a todas las empresas de Zamora que ofertan estos servicios. Rosalía Esteban explica que «cada zona que participamos en estos campamentos urbanos hemos elegido una empresa de ocio y tiempo libre diferente de Zamora, para poder dar una oportunidad a todas ellas en este proyecto».