El salón de plenos del Ayuntamiento de Zamora se transformó ayer en una sucursal más del llamado Banco de Recuerdos, una iniciativa de las fundaciones Reina Sofía y de la Universidad de Salamanca que han recogido ya más de 40.000 testimonios grabados en vídeo y disponibles en Internet. Más de una veintena de personalidades locales hicieron públicas sus vivencias más entrañables a petición de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzhéimer. El colectivo puso de esta manera en marcha la campaña «Zam-Hora», en la que además de «recuerdos» frente al «olvido» que provoca el alzhéimer recaba «horas» de personas o instituciones para «mejorar la calidad de vida» de quienes padecen esta enfermedad.

La finalidad solidaria del proyecto -titulado Espacio Transfronterizo sobre el Envejecimiento y financiado por Europa- tuvo una excepcional maestra de ceremonias. La periodista Irene Villa, habitual en causas solidarias tiempo después del atentado terrorista que acabó con sus piernas cuando era niña, destacó en el salón de plenos la necesidad de brindarse a los demás.

Y así lo hizo, entre aplausos, la veintena larga de políticos, responsables de medios de comunicación, deportistas de elite o representantes del ámbito de la cultura, como el reconocido actor salmantino José Antonio Sayagués. La experiencia trataba de abrir el corazón de los «donantes» ante miembros de la asociación zamorana que combate el alzhéimer, familiares y colaboradores.

Entre los protagonistas solidarios, políticos y responsables de las instituciones locales. Como el delegado territorial Alberto Castro, quien compartió con el auditorio los preparativos de las procesiones de Semana Santa con sus hijos. El grato recuerdo de Clara San Damián, subdelegada del Gobierno, en la ceremonia universitaria de graduación de la Facultad de Derecho de Salamanca ante su familia.

Varios concejales del Ayuntamiento se sumaron a la iniciativa desnudando algunas de sus vivencias íntimas. El teniente de alcalde Feliciano Fernández reveló los últimos días de su padre, «en paz tras contarnos sus miedos» mientras el edil socialista Óscar Díez recuperó la frase de su abuela ante el célebre anuncio de la muerte de Franco. «Ya era hora, dijo mi abuela, y ahí despertó mi conciencia política».

Aunque, sin duda, fue el alumbramiento de los hijos y la marcha de los seres queridos las experiencias que gobernaron la velada. Así lo reconoció Marisol López, directora de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, recuperando el nacimiento de su hijo y el ejemplo de su madre en el recuerdo. También lo hizo Evaristo Lobato, director de RNE en Zamora, rememorando la «cara de mi hija, hace 25 años, cuando me la mostró la enfermera». O el director del Archivo Histórico, Florián Ferrero, quien relató la pérdida de memoria de su progenitora y los ocho años que permaneció en coma.

Sin duda, uno de los testimonios más impactantes lo compartió Yolanda Gutiérrez, directora de la Politécnica de Zamora. Fueron «los veinte segundos que marcaron mi vida hace doce años cuando me diagnosticaron cáncer», una situación que le ha permitido valorar «lo positivo» de cualquier situación.

El palista Emilio Merchán destacó el recibimiento de la ciudad en 2009 tras conseguir el campeonato del mundo. Desde el ámbito cultural, habló el escultor José Luis Alonso Coomonte: «El viaje de mi vida ha sido largo, pero estupendo y espero seguir compartiéndolo con ustedes», afirmó.