El actor, director y productor Javier Veiga pisará mañana viernes el Principal de la mano de la obra «El caballero de Olmedo», un clásico de Lope de Vega adaptado por Eduardo Galán.

-Usted es un profesional de la escena más asociado con el humor. ¿Cómo acaba interpretando el papel de don Alonso en «El caballero de Olmedo»?

-En este momento compatibilizo dos giras, por un lado «Amigos hasta la muerte» y «El caballero de Olmedo». Llegué a esta segunda obra un poco por casualidad. Un día el director y el adaptador del clásico vinieron a ver «Amigos hasta la muerte», pues deseaban que Marta Hazas se uniera a su nuevo montaje teatral. Hablando me preguntaron si estaría interesado en sumarme al proyecto. En ese momento les dije que me implicaría siempre y cuando hiciera el papel de don Alonso y tres días más tarde me llamaron para ofrecerme el papel e incluso soy productor de la obra, pues entiendo el mundo del espectáculo como un todo.

-Usted vuelve un poco a su origen teatral.

-Sí, yo empecé en el mundo del teatro haciendo clásicos. Incluso he dirigido y versionado estas obras. Además hace un par de años hice «La venganza de don Mendo» pero no una parodia de los clásicos, sino como una nueva versión.

-Y precisamente el montaje con el que llega a Zamora es una versión de la obra de Lope de Vega realizada por Eduardo Galán.

-La función dura una hora y media, lo cual es primordial para hacer llegar la obra al espectador sin tener la sensación de que es un montaje pesado. Hay que ser realista y reconocer que gran parte de los textos barrocos tienen largas presentaciones de personajes que entonces eran necesarias, pero que ahora no tienen mucho sentido. No obstante el texto conserva el espíritu que le imprimió Lope de Vega. Si a uno de gusta los clásicos va a ver un Lope de Vega potente. Si a uno no le gustan los Clásicos se va a reconciliar con ellos, pues va a presenciar un espectáculo muy directo en el que se cuenta una historia pensando en el espectador.

-Todavía algunas personas son reacias al verso y a los montajes de clásicos.

-Las entiendo porque durante unos años ha habido espectáculos muy tostones. Sin embargo esta propuesta está propuesta está pensada para el público. Personalmente me encanta el verso español. Creo que el verso y la comedia tienen mucho en común, se basan en el ritmo y en los silencios. La gente cree que son cosas antagónicas, pero el verso es pura sonoridad y la comedia es jugar con el show, como decía Pepe Hierro.

-Le acompaña sobre la escena Marta Hazas con la que ya ha trabajado en varios proyectos.

-Nos vendemos casi en pack. (Risas). Es un placer trabajar con ella y con Enrique Arce, José Manuel Seda, Encarna Gómez, Andrea Soto y Jordi Soler. Además estamos a las órdenes de Mariano de Paco, un hombre con el que se trabaja muy bien en tanto que escucha y deja plantear propuestas a los intérpretes. Para los actores activos, como es mi caso, es muy atractivo trabaja con él. Creo que el actor puede intervenir en la manera de afrontar el papel, en los ritmos o en la composición del personaje, pero nunca en el texto y más en verso cuando no se puede tocar ni una coma. Creo que siempre hay que respetar la propuesta del autor y más si está bien escrito, como es el caso.

-Aflora su lado de escritor.

-Sin duda?(risas). A veces en textos modernos cambiamos muchas cosas y cuando utilizas un libreto tuyo te das cuenta de la rabia que da. Cuando trabajo como autor y director es una faena para los actores que están conmigo porque como estoy delante no se modifica tanto como ellos quisieran, quizá porque valoro las muchas horas que le dedicado a la redacción del texto. Yo soy un escritor de diálogos. Pienso mucho cada diálogo, cada coma que introduzco e incluso cada frase la leo en alto, la interpreto en alto y cambio según lo que oigo.

-¿Llegó antes a la escritura o a la dirección?

-Casi a la vez. Lo primero que hice fue dirigir una versión sobre textos de Chejov. Era una versión muy libre, pero me tomé la muleta de tener a este autor detrás y empecé a dirigir con él de ahí que fuera todo casi a la vez.

-Posteriormente ha dado el salto a la dirección de cine a través de los cortometrajes. ¿Por qué?

-Por necesidad. Hace unos seis años hice mi primer cortometraje «Sálvame» y posteriormente he realizado «¿De qué se ríen las hienas?» que me ha dado muchas alegrías. He pasado dos años recorrido España y parte del extranjero recogiendo premios por ese proyecto. El mundo del cortometraje tiene algo muy especial. Es el único reducto que queda de amor al arte. En él la gente trabaja sin esperar recompensa económica y pone todas sus ilusiones. He visto más pasotismo en personas que trabajan en una película que en colaboradores de un corto. Además nadie coarta al director, que tiene la libertad de hacer su labor. Mucha gente está empeñada en proyectar cortos antes de ver las películas y yo no estoy de acuerdo. La mejor manera de ver estos trabajos es ver varios seguidos bien sea en festivales bien sea en una sesión de varios. Un corto español, si va bien, lo ven más personas que la que asiste a ver una película.

-¿Cuándo dará el salto a dirigir un largometraje?

-Espero que muy pronto, para el año que viene. Tengo un guión propio al que le llevo dando vueltas mucho tiempo y también otro mucho más sencillo y menos costoso para poderlo rodar. El asunto económico condiciona todo lo que se hace en las artes escénicas. Siempre hemos sido un sector bastante apretado, de tener los cuartos muy contado, y ahora más. El sector del ocio, en teoría, somos prescindibles por lo que tenemos todavía más complicado conseguir el dinero para llevar a cabo proyectos.

-Y ante un panorama sombrío o negro?

-Imaginación, trabajo y seguir haciendo bien nuestros trabajos.

-El ministro Wert ha reconocido que el impacto de la subida del IVA cultural no ha sido positivo.

-Creo que hay que tener mucho valor y poca vergüenza para decir que no se esperaba que las salas de cine y los teatros iban a perder espectadores cuando se lo ha dicho todo el mundo. No han querido escuchar al sector. Creo que es un error la subida del IVA y deberían de rectificar y bajarlo. La industria del espectáculo es un sector empresarial que se ha visto muy perjudicado por una absurda decisión política.

-La ley de mecenazgo está todavía en tramitación. ¿Qué opina?

-Hay que aprobarla de una vez, tras años y años de espera. Creo que en este país existe un miedo absurdo a aprobarla. El abrir la cultura al sector privado va a descubrir un nuevo mercado y creo que será muy positivo para apostar por el mundo del cine y también ¡por qué no! por el teatro. A modo de ejemplo en el último espectáculo que he hecho he contado con el apoyo de dos empresas privadas.

Pontevedra, 1973.

Aunque comenzó sus estudios de Arquitectura en Coruña, lo dejó 6 meses más tarde para marcharse a Madrid y estudiar en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. En 1996 crea la Compañía Teatro Impar con la que escribe, dirige e interpreta «Amigos hasta la muerte» «Amor y otros pecados», «Casa don dos puertas», sobre textos de Calderón de la Barca, o «Voldemar», basado en cuentos de Chejov. Ha protagonizado las obras teatrales como «La venganza de don Mendo» adaptación y dirección de Tricile, «5 Hombres.com», dirigida por José Miguel Contreras y Ana Rivas. En el plano televisivo ha trabajado en series como «Vida loca», «De repente los Gómez» o «Hermanos y detectives». Ha sido presentador y guionista de «El club de la comedia» para Canal + por el que recibió el Premio Ondas 2002 al Programa más innovador.