La Caja Rural de Zamora ganó 1,2 millones de euros el año pasado, una cifra que puede parecer escasa frente a los cuatro millones de beneficios de 2011, pero que se puede calificar como muy positiva si se tiene en cuenta que ha destinado 53 millones de euros a provisiones, de acuerdo con las nuevas regulaciones del sector para asegurar la solvencia de las entidades.

El presidente de Caja Rural, Manuel Ballesteros y su director general, Cipriano García destacaron en la presentación del balance del año pasado los buenos resultados obtenidos, pese al difícil ejercicio al que se enfrentaba la entidad. El volumen de negocio ascendió a 2.400 millones de euros y «a pesar de las restricciones del mercado», la nueva inversión ha ascendido a 475 millones de euros. La única entidad financiera netamente provincial ha reforzado su nivel de liquidez «sin necesidad de recurrir a los mercados de capitales, ya que la base de nuestro negocio es la banca minorista de clientes particulares y empresas». El volumen de liquidez de Caja Rural se sitúa en el entorno de los 500 millones de euros, un 20,5% más que el año anterior.

Los recursos propios alcanzarán, los 130 millones de euros, «incluyendo las dotaciones adicionales de reservas efectivas que se dotarán tras la aprobación de cuentas del año 2012 en la asamblea general de socios» a celebrar dentro de unas semanas, y después de dar cumplimiento a dos reales decretos que han obligado a aumentar sus dotaciones.

Ballesteros y sobre todo García desgranaron otros datos positivos del balance. Por ejemplo durante 2012 la Caja experimentó un alza de ingresos de un 26,9%, lo que unido a una contracción de costes del 4,1% llevan a un margen de explotación de 31 millones de euros, con una subida respecto a 2011 del 37,2%. La tasa de morosidad, «una de las cuestiones que más preocupa a las entidades financieras», se sitúa en el 7,5%, «muy por debajo del promedio del sistema financiero, debido a la menor exposición relativa de nuestra entidad al sector inmobiliario», explicó el director general.

El ratio de capital principal se sitúa en el 11,72%, muy por encima del mínimo establecido legalmente del 9%. La solvencia alcanza el 12,31% y el ratio de eficiencia (la cantidad de recursos necesarios para general cien euros de beneficios) se sitúa en un 36,5%, con una mejora del 7,5% respecto a 2011, superior a la media nacional de cajas de ahorro y cooperativas de crédito. «Pese a este escenario tan adverso los ratios de rentabilidad y eficiencia de nuestra cuenta de resultados están muy por encima del promedio del sistema financiero, siendo unos parámetros muy competitivos y referencia para nuestros competidores», explicó el director general.

La Caja cuenta con 41.000 socios, 200 cooperativas asociadas y un capital social de 35 millones de euros. El beneficio económico final se situó en 1,2 millones de euros. «Las sólidas bases de la estrategia de negocio han permitido obtener beneficios, pese a hacer frente a fuertes niveles de provisiones (53 millones), especialmente del sector promotor, importe que nos permite cumplir holgadamente con lo requerido por los reales decretos ley del Gobierno en esta materia».

Del balance, «positivo, aunque con la prudencia a la que obliga el momento actual», García destacó que el 97% de los recursos captados se invirtieron «en el desarrollo económico de nuestra tierra». Caja Rural tiene 215 empleados y 81 oficinas en Zamora, León, Valladolid y Orense.