Uno de los policías que la detuvo terminó con lesiones, traumatismo por la patada que recibió en la cara, del que tardó en curar cinco días, cuando acudió al bar desde el que fue requerido por su propietario, a quien la acusada le causó lesiones tras golpearle. La mujer admitió ayer las agresiones y los daños causados al coche patrulla de la Policía, por lo que fue condenada a tres meses de prisión por un delito de atentado contra la autoridad. El dueño del local tuvo que llamar a los agentes ante la violenta actitud de la mujer, que llegó a rasgarle la ropa y romper la pizarra del establecimiento (valorada en 65 euros). Cuando los agentes lograron reducirla e introducirla en el coche patrulla, la detenida causó daños en el vehículo que la trasladó a la Comisaría, valorados en 225 euros. El hostelero tardó diez días en curarse de las heridas sufridas al ser golpeado por la acusada, quien se encontraba ebria durante el incidente, atenuante que la Fiscalía tuvo en cuenta para reducir la pena de prisión que solicitaba, un año de cárcel. Otra de las atenuantes que le aplicó fue la de reparación del daño, puesto que ha pagado parte de las indemnizaciones y se ha comprometido a abonar lo que resta.