La lista de espera para recibir un riñón se ha reducido un 20% en el último año, y ha bajado de 140 personas a un centenar, mientras que los pacientes que necesitan otros órganos, como el hígado, corazón o páncreas son contados en Castilla y León, aunque todavía necesitan, naturalmente, de la solidaridad de las personas fallecidas para poder sobrevivir. Los datos los aportaba Carlos Fernández Renedo, coordinador autonómico de Transplantes de Castilla y León, poco antes del comienzo de la Jornada de Actualización de órganos y tejidos organizada por la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias de Castilla y León y dirigida tanto a médicos como enfermeras.

Fernández Renedo explicó que «este año ha sido excepcional en donaciones, y hemos batido nuestro propio récord». Aunque es difícil determinar cuánto tiempo debe esperar un paciente que necesita un órgano, la media puede estar en 60 días en el caso de hígado, o de unos seis meses en el caso del riñón, «aunque depende mucho del paciente, y hay enfermos que están años en lista de espera. Siempre hay enfermos entrando en diálisis y siempre hay lista de espera».

En Zamora, explicaron la coordinadora de Transplantes provincial, Ana Caballero y el gerente del Complejo Asistencial, Rafael López, se registraron dos donaciones de órganos el pasado año, y una en lo que llevamos de 2013, de hígados, riñones y huesos. Ambos consideraron importante la formación de los médicos de urgencias y emergencias, ya que su labor es vital a la hora de identificar un posible donante, cuando es inevitable el fallecimiento del paciente, y conservarlo en las mejores condiciones posibles para que sea factible el transplante. «Urgencias es el primer sitio donde llegan los potenciales donantes, entonces es importante que el médico lo identifique y lo mantenga en las mejores condiciones posibles para después ingresar en la UCI», señaló Caballero. «Últimamente ha cambiado el tipo de donante. Ahora no hay tantos por accidentes de tráfico y hay más por problemas cerebrales, especialmente las hemorragias cerebrales. El médico tiene primero que tratar al paciente para que se recupere y si no es posible, mantenerlo en las mejores condiciones y pensar si puede llevar a hacer muerte encefálica». Anselma Fernández Testa fue la coordinadora de la jornada, en la que participaron también los presidentes de Semes de Castilla y León, José Ramón Casal, y nacional, Tomás Toranzo. Un camión adaptado del Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León sirvió para realizar las prácticas de la cuarta jornada de actualización que se desarrollaba en Castilla y León.