Bajo el lema «Zamora Limpia no cumple», medio centenar de trabajadores de la concesionaria de limpieza y recogida de basuras inicia una campaña de presión para dar marcha atrás en las pretensiones de la empresa de aplicar un nuevo tijeretazo en las condiciones laborales y salariales de la plantilla. A cinco días de la anunciada huelga de basura indefinida, cada jornada hasta entonces los empleados recorrerán el itinerario comprendido entre la plaza de Alemania y el Ayuntamiento para hacer público a la ciudadanía su conflicto laboral. Frente al consistorio de la capital los trabajadores se concentrarán cada día durante una hora a la espera de que la institución local «intervenga en un conflicto que ya estaba cerrado con la mediación de la alcaldesa y que ha reactivado la empresa rompiendo de manera unilateral un acuerdo que dábamos por bueno», expone el integrante del comité de empresa, Francisco José de la Iglesia.

Con silbatos, cuatro tambores y letras portadas por cada trabajador que conforman la frase «corruptos sobran», la plantilla vuelve a ser una piña para «hacer valer» el acuerdo rubricado en diciembre de 2012 entre empresa y trabajadores que a finales de año acabó «in extremis» con la huelga programada para la Navidad pasada.

Tras la petición de «generosidad» por parte de la alcaldesa de Zamora para evitar la huelga durante la Semana Santa, los trabajadores plantean que «ya fuimos suficientemente generosos en diciembre», inciden. La plantilla se refiere al acuerdo rubricado a finales de año por el que la empresa decidió retirar los once despidos planteados a cambio de asumir recortes cuantificados por los trabajadores en 485.000 euros, muy por encima de la proporción propuesta por los técnicos municipales. Entre estas medidas, figuraba el disfrute de las vacaciones a lo largo de un periodo de siete meses y sin sustitución, que supone un ahorro a la empresa de 115.000 euros. Además, el acuerdo cerrado determinó no cubrir las jubilaciones que se produzcan hasta 2015, con un ahorro de 147.000 euros, así como no aplicar el incremento salarial del 1% previsto para 2012, correspondiente a 56.000 euros. Además, desde entonces la empresa no lava la ropa de trabajo con el consiguiente ahorro de 65.000 euros y no cubre las bajas por incapacidad temporal, cuantificado en 50.000 euros. Los uniformes sólo se repondrán cuando se rompan, no por calendario, lo que evita el gasto de 50.000 euros al año. El sueldo se ha reducido este año en un 1,75%. A estos recortes aplicados y asumidos por los trabajadores para evitar los despidos, la empresa ha planteado durante la negociación del convenio colectivo nuevas medidas por importe de 400.000 euros, según los trabajadores. Entre ellas, el recorte del salario en un 7%, la congelación de la antigüedad, la eliminación de un día de asuntos propios, añadir tres sábados más de trabajo en 2014, suprimir el 100% de las bajas por enfermedad y trabajar media hora más al día.

Dispuestos a «ir a por todas» y convencidos de que «nos han obligado a ir a la huelga, nosotros no queríamos llegar a eso», los trabajadores insisten en la necesidad de que «el Ayuntamiento medie igual que lo hizo el año pasado e igual que lo ha hecho con el servicio de limpieza de colegios públicos y dependencias municipales».

El comité de empresa y el secretario de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Jerónimo Cantuche, registraron ayer en el Ayuntamiento un escrito para solicitar que sea el Ayuntamiento el que establezca los servicios mínimos durante la huelga al tratarse de una concesionaria del Ayuntamiento. La empresa ha planteado unos mínimos «abusivos», consistentes en el 70% del servicio actual. Por su parte, los trabajadores plantean la recogida de basura solo en hospitales, residencias y mercados.