Al sonido del primer toque de corneta, el cielo zamorano de ayer se enrabietó y anunció una lluvia segura. El agua respetó el pasacalles de las tres bandas participantes del certamen «Francisco Carricajo», organizado por las asociaciones culturales La Urna y Luz Penitente. No así las actuaciones sobre el escenario que ya estaba dispuesto en la plaza de la Constitución. De ahí que, tras unos minutos de espera, el numeroso público que se dio cita en frente a la iglesia de Santiago del Burgo corriera para asegurarse una butaca en el salón de actos del Seminario Menor, espacio previsto si las predicciones meteorológicas que anunciaban agua acertaban.

Como en años anteriores, se podía vislumbrar la presencia de las bandas Jesús Nazareno de Villaralbo y Ciudad de Zamora. También la ausencia de la formación musical de La Mañana y, sobre todo, la presencia de una vieja conocida. Con el traje de gala de la Policía Municipal, la banda del Santísimo Cristo del Perdón regresaba a las calles de Zamora tras una década de ausencia en las procesiones y más de tres años de silencio absoluto, sin siquiera ensayar.

Una intensa puesta a punto ha colocado a la formación en una posición de privilegio para participar, no solo ayer, sino también en la próxima Semana Santa. La Borriquita fue la primera cofradía en confirmar la actuación de «El Perdón», pero habrá más. Ayer mismo, continuaban las negociaciones para desfilar el próximo Viernes Santo tras San Juan y Nuestra Señora, aún a falta de concretar.

La impronta de hace años se hizo realidad de nuevo en unos segundos, los que tardó la banda en reavivar el pasacalles desde Santa Clara al Seminario. Marchas propias de la Pasión, una amplia gama de instrumentos y esmerados trajes y ornamentos llamaron enseguida la atención de Zamora, una ciudad de corneta y tambor. Solo hay que ver la respuesta del público, ayer incluso pese a la lluvia.

Apretados en los estrechos pasillos del Seminario, público y músicos tomaron el auditorio para iniciar el concierto minutos más tarde. Los organizadores tuvieron que restringir la entrada de más personas ante un aforo ya completo. Fue la formación Jesús Nazareno de Villaralbo la que inició la actuación con el arreglo de la marcha Nazareno de San Frontis. Las bandas Ciudad de Zamora y «El Perdón» completaron el certamen. Esta última con la interpretación de «Amor y sacrificio», «Consuelo» y «Madre».

Y en el recuerdo, el corneta más singular de la Semana Santa de Zamora, el fallecido Francisco Carricajo, a quienes los jóvenes participantes de ayer rindieron homenaje. No habrá otro como él, pero sí una herencia asegurada: cientos de cornetas y tambores zamoranos para hacer vibrar a la ciudad cada año. Sobre todo ahora, que el estruendo ya anuncia la Pasión.