Se enteraron todos de primera mano. Noticias directamente llegadas vía teléfono, WhatsApp o Facebook por parte de sus familiares en Venezuela. Las nuevas tecnologías fueron realmente útiles para los residentes venezolanos en Zamora, quienes poco antes de las once de la noche del martes se enteraban del fallecimiento del presidente Hugo Chávez.

«La gente allí está a la expectativa y sobre todo preocupada de lo que pueda pasar», explica la joven Lisbeth Pérez, venezolana que lleva en Zamora desde hace cinco años y medio. «No deseo la muerte de nadie, pero, sinceramente, estoy contenta aunque también algo intranquila por mi familia allí, porque quizá el futuro que les espera sea peor que lo que han conocido hasta ahora», baraja.

Su madre, Melina Coniglione, reconoce que el fallecimiento de un ser humano «y más con esa edad y por esa enfermedad, es algo que se siente». Desde Venezuela, su familia le ha descrito un país «donde las calles se han quedado vacías y los niños no tendrán clase en una semana por el luto que se ha impuesto desde el Gobierno». Ahora mismo, Venezuela «es todo incertidumbre» y por ello aboga por unas nuevas elecciones «como deben ser, basadas en la Constitución».

Y es que en lo que todos están de acuerdo es en que se debe tomar la Carta Magna como referencia para llamar «lo antes posible» a todos los venezolanos a las urnas. «Creo que Nicolás Maduro está en el poder de forma inconstitucional, porque hay que recordar que Chávez no llegó a tomar posesión», razona Ana Fuentes Coronel, médico venezolana que vive en España desde 1991 y trabaja en Zamora. Además, desconfía de que el anuncio del fallecimiento del general fuera en la fecha y hora que se comunicó. «Hay sido una magnífica maniobra bien orquestada para que ahora Chávez parezca un santo y Maduro salga elegido en las elecciones», vaticina.

Las redes sociales «arden» directamente con este tema y se recuerda que, según la Constitución venezolana, cuando se produce, como ha sido el caso, la falta absoluta de presidente electo antes de tomar posesión «se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente, se encargará de la Presidencia de la República el vicepresidente ejecutivo», resume Ana Fuentes, quien lamenta la «manipulación emocional» que se hace con sus compatriotas, aunque reconoce que el presidente era un hombre «muy carismático, con ideas preciosas y grandes discursos, pero todo mentira. Hugo Chávez ha arruinado al país, pero tenía al pueblo contento dándole un poco de limosna cada cierto tiempo», considera.

De la misma opinión es Williams Cárdenas, abogado venezolano y coordinador de la Plataforma Democrática Venezolanos en España, quien resume los años en el gobierno de Chávez como «un régimen de auténtica pesadilla. Ha supuesto un retroceso tanto en los baremos de la democracia como en los derechos humanos y las libertades, con una gran inseguridad jurídica y evitando cualquier inversión extranjera. Una situación verdaderamente complicada», resume.

Para Cárdenas, ahora es el momento «de recuperar la auténtica democracia y llevar el proceso de elección según rige la Constitución, porque hay que tener en cuenta que el chavismo sin Chávez no tiene futuro», confía. «En condiciones de parcialidad, como había hasta ahora por el control del Gobierno del aparato electoral, la oposición lo tenía complicado, pero esperemos que se puedan hacer unas elecciones equilibradas», añade.

Se abre ante los venezolanos, de esta manera, una nueva situación que traspasa fronteras, ya que el fallecimiento del presidente afecta al eje geopolítico de otros países de América Latina. «Los que estuvieron a la sombra del caudillo populista , en especial Cuba, pero también Bolivia, Ecuador y Nicaragua, sufrirán las consecuencias directas» pronostica.

Desde el punto de vista de quien fue emigrante en Venezuela, el zamorano Adolfo Bravo, quien vivió 20 años allí por motivos laborales y cuyos tres hijos nacieron en ese país, reconoce que Chávez nunca fue «santo de mi devoción» y lo califica como «un auténtico embaucador». Sus hijas mayores han visitado recientemente el país «y las cosas no han cambiado para mejor bajo su mandato, puede que incluso estén peor que cuando yo trabajaba allí», apunta y confiando en que los venezolanos «finalmente abran los ojos».