Veinte años después, el estudio elaborado por el sacerdote Teodoro García González, quien fuera canónigo de la Catedral, sale a la luz editado en un libro póstumo bajo el título «Los testigos de Jehová. Una guía para católicos». Hasta la fecha, ese ingente trabajo había estado solo «a disposición de aquellos que quisieran consultarlo en el Obispado», recuerda su sobrino, Enrique Alfonso, quien participó ayer en la presentación de este volumen dentro del foro del periódico.

Las visitas de los miembros de esta congregación al domicilio del sacerdote llegaron a hacerse habituales. «Eran frecuentes los debates entre ellos y mi tío, que los recibía a menudo en casa para charlar sobre sus creencias», explica Alfonso, quien considera que de esta amistad surgió el interés del sacerdote.

El documento original fue toda una sorpresa para Luis Santamaría, delegado diocesano de medios de comunicación. Decidió editar el libro, que resume como «un repaso erudito y completo, a la vez que asequible para cualquier lector de las doctrinas de los testigos de Jehová examinadas a la luz de la Biblia y de la literatura cristiana primitiva».

«Con estilo desenfadado y a veces irónico, pero siempre desde el respeto, va desgranando tema por tema aquellos aspectos en los que los testigos de Jehová discrepan más con los católicos, tanto en la lectura de la Biblia como en la doctrina sobre dios, el alma o lo que hay después de la muerte», enumera el editor.

Para Luis Santamaría, aunque estas personas están totalmente integradas en la sociedad actual, todavía existe un «gran desconocimiento» sobre su religión. «Para mí son los conocidos más desconocidos», sentencia. «Casi todo el mundo tiene alguno cerca, ya sea familiar, vecino o compañero de trabajo pero existe un gran incomprensión sobre ellos», subraya. «La gente los ve como personas muy honradas y con una gran moral basada en la Biblia, con relaciones laborales y humanas muy correctas, pero algunos también acentúan su fanatismo», añade.

Pocos saben, por tanto, que los testigos de Jehová surgen en el siglo XIX en Estados Unidos y que cuando a finales de los años 60 en España se comenzó a considerar la libertad religiosa «ellos fueron los primeros en registrarse». Fue en esa época también cuando se levantaron numerosas voces de la iglesia católica que llenaron las páginas de los periódicos, entre ellos EL CORREO DE ZAMORA, donde habitualmente escribía el propio Teodoro García González, «para explicar que esta gente que iba por la calle y las casas repartiendo folletos y revistas se alejaba del cristianismo en algo tan fundamental como la divinidad de Cristo», recuerda Santamaría, para quien esta creencia se acerca más al Islam que al cristianismo «Son personas que respetan a Jesús como profeta, pero no son cristianos porque niegan su condición de hijo de dios y el misterio de la Trinidad».

Mientras que esos escritos en los diarios eran un tipo de material más divulgativo y sencillo, los trabajos de este sacerdote zamorano «eran mucho más profundos, con una visión panorámica extraordinaria del tema», valora Santamaría. Con una rica bibliografía nacional y extranjera como base, el sacerdote ha sabido a través de su estudio «desentrañar las creencias de los testigos de Jehová y descubrir las manipulaciones doctrinales que existen en todo este movimiento», explica. Un movimiento que en España se ha convertido en una de las principales confesiones religiosas no católicas en cuanto al número de miembros.

Con «Los testigos de Jehová. Una guía para católicos», la familia de Teodoro García González cumple uno de los deseos de este sacerdote, quien a pesar de sus numerosos estudios y escritos nunca pudo trasformar ninguna de sus investigaciones en un libro.